Hoy me gustaría hablaros un poco sobre una patología muy frecuente en nuestro medio y de la que seguramente muchos habréis oído hablar o la habréis padecido: el síndrome del túnel carpiano. También se le conoce como síndrome de atrapamiento del nervio mediano o túnel del carpo. Esta neuropatía es la más frecuente del miembro superior, siendo más frecuente en mujeres y en edades entre los 40-60 años.

Haciendo un breve repaso anatómico, nos encontramos que el nervio mediano recorre la muñeca dentro de un compartimento cerrado denominado retináculo flexor, el cual está formado por el ligamento anular del carpo y los pequeños huesos de la muñeca. Además de contener a este nervio, el túnel proporciona cobijo a los nueve tendones flexores de la mano.

El nervio mediano es de tipo mixto, es decir, lleva sensibilidad y tiene también función motora. Se distribuye a grandes rasgos, como se observa en el dibujo: inerva los 3 primeros dedos de la mano y la cara radial del 4º. Y es en este territorio dónde encontramos los síntomas típicos.

Las causas de esta disfunción son muy variadas, no pudiéndose encontrar una específica en la mayoría de los casos:[table id=13 /] Fijándonos ya en la clínica, nos encontramos que el síndrome del túnel carpiano provoca diferentes síntomas dependiendo de la intensidad de la compresión a la que esté sometido el nervio, y este grado de compresión nos ayudará a valorar si es necesario el tratamiento quirúrgico u optar mejor por el conservador.

Si nos hayamos en la fase inicial de la enfermedad, con frecuencia encontraremos que nuestro paciente nos refiere dolor y hormigueos (parestesias) en los 3 primeros dedos y el lado radial del 4º, suelen narrar que este dolor aparece por la noche y les despierta, pero que cede al sacudir las manos o frotar los dedos.

Si la compresión avanza, los síntomas se hacen continuos y aparecen también por el día. Se puede apreciar también por comparación con la otra mano, una disminución del volumen muscular del primer dedo, lo que técnicamente se denomina atrofia de la musculatura tenar, que provoca una impotencia funcional progresiva a la hora de realizar movimientos de pinza con el primer dedo.

En la fase más avanzada, se observa una piel fría, húmeda y pálida en el territorio del nervio mediano, además de toda la sintomatología arriba descrita.

El diagnóstico de este problema se hace básicamente en la consulta, con la información que nos da el paciente y un par de pruebas que nos ayudan a discernir si los síntomas están provocados por el atrapamiento de este nervio o de otros que discurren en sus cercanías:

  • Signo de Tinel: la percusión sobre el ligamento transverso del carpo produce dolor irradiado a los dedos.
  • Test de Phalen: la flexión de las manos palma con palma mantenida reproduce la sintomatología.

Como complemento al diagnóstico se puede usar la radiología si se sospecha que la causa puede ser una fractura o que simplemente se trata de un caso de artrosis. La resonancia magnética descarta una posible tenosinovitis (inflamación de los tendones y sus vainas), así como la ocupación del túnel por alguna masa. Estas dos pruebas no se realizan de rutina. Si se suele indicar para valorar el grado de compresión al que está sometido el nervio, un estudio neurofisiológico, con el que, junto a la clínica del paciente, orientaremos el tratamiento.

El tratamiento conservador se realiza mediante la inmovilización de la muñeca con una férula semirrígida, infiltración de corticoides e inmovilización, antiinflamatorios por vía oral y diuréticos en embarazadas o hemodializados.

El tratamiento quirúrgico es el definitivo para el síndrome del túnel carpiano. La técnica quirúrgica consiste en la descompresión mediante la sección del ligamento transverso del carpo. Así se frena la progresión de la neuropatía y favorece la rehabilitación precoz. Inmediatamente después de la intervención, se debe comenzar a realizar movimientos de flexión y extensión de los dedos y oposición del pulgar.

Dependiendo del grado de neuropatía, la recuperación puede tardar 6-8 meses.

Los túneles que diagnosticamos en gente que trabaja básicamente con las manos y que realizan movimientos repetitivos durante muchas horas, pueden prevenirse en cierto grado o mejorar sus síntomas con unas pautas posturales:

Hacer ejercicios de estiramientos con las manos y dedos.

Rotar en distintas actividades.

Rediseñar las herramientas y la forma de trabajar con programas especializados en ergonomía Los túneles que diagnósticamos en gente que trabaja básicamente con las manos y que realizan movimientos repetitivos durante muchas horas, pueden prevenirse en cierto grado o mejorar sus síntomas con unas pautas posturales:

  1. Hacer ejercicios de estiramientos con las manos y dedos.
  2. Rotar en distintas actividades.
  3. Rediseñar las herramientas y la forma de trabajar con programas especializados en ergonomía.

Algunos ejercicios eficaces en personas con síntomas leves de compresión del nervio mediano a nivel de la muñeca:

Realiza estos ejercicios antes de comenzar a realizar cualquier actividad que utilices continuamente las manos, sobre todo para personas que estén continuamente escribiendo en el ordenador, o previo al ejercicio, para movilizar las manos. Estos ejercicios se podrán realizar continuamente a lo largo del día, y es aconsejable que cada ejercicio tenga como mínimo 10 repeticiones.

  1. Extensión de muñecas: Con los brazos estirados al frente y las palmas mirando hacia el suelo, tirar de las puntas de los dedos hacia el techo sin flexionar los codos.
  2. Apretar puños: En la misma posición anterior, apriete los puños durante unos segundos haciendo la mayor fuerza posible; también puede abrir y cerrar la palma de la mano continuamente y cada 5 repeticiones apretar fuerte aguantando la tensión.
  3. Flexión de muñecas: Misma posición, con los puños cerrados, tiraremos de las manos hacia el suelo, extendiendo las muñecas, y teniendo la precaución de no flexionar codos.
  4. Flexión-Extensión: Misma posición, uniendo los ejercicios de extensión y flexión, desplazando primero hacia arriba (extensión) y después hacia abajo (flexión).
  5. Relajación de muñecas: Este ejercicio es recomendable realizarlo a modo de transición entre ejercicios. Con los brazos pegados al cuerpo y las muñecas relajadas al lado del cuerpo, agitaremos las manos durante unos segundos, con el fin de liberar todas las tensiones.

Además de estos ejercicios sencillos que se pueden realizar cuando se quiera, es recomendable realizar ejercicios con pelotas del tamaño de un puño y de material blando que se pueda apretar (espuma) para así conseguir que el trabajo sea más intenso.

3 comentarios

  • irenefra dice:

    Genial el artículo, y muy útil. Os retwiteo 🙂
    También pueden aliviarse los síntomas mediante una férula que mantenga la posición neutra de la muñeca.
    Saludos!

  • Patricia dice:

    Soy docente, y doy gracias por este documento que acabo de leer, pero  siento que los médicos se han olvidado de la parte emocional de los pacientes, considero que esto debe de ir muy ligado a las sugerencias que se dan,  lo  manifiesto porque emocionalmente me siento mal, creo que he dejado de ser la mujer activa e independiente que he sido siempre. Quiero estar con mis niñ@s que son mi vida. pero cada que lo intento a los dos o tres días no soporto el dolor en mis dedos, muñeca y brazos, la tendinitis que tengo me impide mover mis brazos de forma natural, si es verdad el médico me envía reposo y en ese momento siento un vacío muy grande y ganas de  llorar y llorar…  y debo esperar hasta que se me programe la cirugía. No es tan fácil de llevar esta dificultad,,, aunque muchos lo vean tan fácil, ya que este dolor es constante.

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