A menudo nos encontramos con pacientes, familia, vecinos que tienen problemas de espalda y entre ellos sobresalen las famosas Hernias discales y protusiones.

Algo que llama la atención es la actitud frente a ellas, el NO realizar cualquier tipo de actividad por tener protusiones o hernias (Cervicales/Lumbares) es un tema bastante discutido, ya que una gran parte de la población (50%) presenta este problema asintomático.

La columna vertebral da soporte estructural al tronco, rodea y protege la médula espinal (conjunto de raíces nerviosas), está dividida en varias secciones. Las 7 vértebras cervicales forman el cuello. Las 12 vértebras torácicas comprenden la porción del tórax y tienen costillas adheridas a ellas. Las 5 vértebras lumbares son las vértebras restantes que están por debajo del último hueso torácico y en la parte superior del sacro. Las vértebras sacras están rodeadas por los huesos de la pelvis y el cóccix representa las vértebras terminales.

Unos cartílagos denominados discos vertebrales, situados entre una vértebra y la siguiente, tienen la función de absorber los impactos durante actividades tales como caminar, correr y saltar, permitiendo la flexión y extensión. Los discos están compuestos de una capa dura más externa llamada anillo fibroso y un centro similar a un gel, llamado núcleo pulposo. Con la edad, el centro del disco puede perder su contenido de agua, haciéndolo menos efectivo como “amortiguador”; al ocurrir esto, el núcleo pulposo puede salir de su lugar (herniarse) hacia el canal espinal.

Lo más usual es en las zona cervical y Lumbar, ya que son las zonas que presentan más movilidad. El mecanismo típico consiste en el siguiente movimiento secuencial:

  1. Flexión de la columna vertebral hacia delante: Al hacerlo el disco sufre más carga en la parte anterior. Al ser de consistencia gelatinosa, el núcleo pulposo es comprimido contra la pared posterior de la envuelta fibrosa.
  2. Carga de peso importante: Al hacerlo se tiende a comprimir una vértebra contra la otra, aumentando la presión dentro del disco.
  3. Extensión de la columna con el peso cargado: Al hacerlo, el aumento de la presión discal que conlleva la carga del peso va «estrujando» el núcleo pulposo hacia atrás con más fuerza. Si la presión que ejerce contra la pared posterior de la envuelta fibrosa es suficiente, la envuelta se desgarra (fisura discal), se abomba (protrusión discal) o se parte (hernia discal).
  4. A partir de los 25 años la espalda comienza a degenerarse y con ella sus discos intervertebrales.

Un efecto similar se puede conseguir repitiendo movimientos de flexo-extensión con una carga más pequeña o incluso sin carga. En cada ocasión se generan pequeños impactos contra la pared posterior de la envuelta fibrosa.

Estos mecanismos ocurren mucho más fácilmente cuando los músculos de la espalda son poco potentes. Si están suficientemente desarrollados, esos músculos protegen el disco por varios mecanismos.

Nos damos cuenta de que presentamos una hernia discal cuando presenta síntomas;

  • Dolor en Bipedestación ( de pie por tiempos prolongados).
  • El dolor irradiado al brazo/ pierna (si es lumbar) debido a la compresión de la raíz nerviosa. En el caso de hernia lumbar, hay compresión del nervio ciático, y por esto se le da el nombre de ciática/Lumbago.
  • Entumecimiento.
  • Pérdida de fuerza en extremedidades.

El tratamiento de Lumbagias y radiculopatías graves generadas por hernias (2% de la población) Se tratan mediante cirugía y seguidamente de unos ejercicios para lidiar síntomas y fortalecer la zona.

Existe un tratamiento invasivo famoso, conocido como Ozonoterapia. La Ozonoterapia consiste en la inyección de una mezcla de oxígeno y ozono directamente en el núcleo del disco dañado o sobre la musculatura paravertebral adyacente, con el fin de rebajar la inflamación que se le presupone a la musculatura en su caso, o bien degradar el contenido del núcleo pulposo del disco intervertebral para minimizar la hernia de disco. En cuanto a la evidencia sobre el tema una revisión sistemática de la Cochrane, sobre el tratamiento de la hernia de disco mediante inyecciones de cualquier tipo, incluida la ozonoterapia, y que concluye que NO HAY SUFICIENTE evidencia para apoyar su uso en el tratamiento de la lumbagia subaguda y crónica.

La exploración para un buen diagnóstico clínico está en manos de médicos y Fisioterapeutas. Una resonancia magnética junto con exploraciones físicas y valoración de sensibilidad, fuerza muscular son la elección más correcta.

En los primeros estadios de los síntomas en radiculopatías lumbares hay estudios que avalan que en un periodo de dos semanas de tratamiento con ejercicios de extensión lumbar y  tracción mecánica medidos por Cuestionario de Discapacidad de Oswestry (SLPB), y la Escala de Clasificación del Dolor numérico (estrategia nacional) facilita la mejoría del paciente en el dolor y entumecimiento pudiendo volver a una actividad normal de la vida diaria. Son numerosos los estudios que afirman que una rutina de ejercicios junto con un tratamiento farmacológico a tiempo (un buen tratamiento conservador) da un mejor resultado y disminuye los costes en los estados primarios de la hernia discal con radiculopatía.

Como hemos comentado antes, el 50% de la población sana tiene una o varias hernias discales que no les causan ningún problema, por lo tanto en ese caso es recomendable la realización de ejercicios progresivos supervisados y en ningún momento se desaconseja la práctica de deporte, excepto los que conllevan una flexión brusca y repetida del raquis.

BIBLIGRAFÍA:

Herniated disk. Conservative care often effective.  pubmed

Lumbar extension exercises in conjunction with mechanical traction for the management of a patient with a lumbar herniated disc pubmed

webdelaespalda

Ozonoterapia –  fisioenap.com

Imagen 1 | teinteresa.es Imagen 2 | inzitan

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