El siguiente artículo tendrá varias partes; una primera parte en donde explicaremos los beneficios de un entrenamiento de fuerza y la importancia de este en los primeros años de colegio así como en edades de crecimiento significativo (estirón) y una segunda parte en donde explicaremos los riesgos que el entrenamiento de fuerza tiene en edades infantiles y juveniles.

¿Por qué debemos entrenar la fuerza en jóvenes?

Un entrenamiento de fuerza adecuado a niños y jóvenes desempeña un papel importante dentro de una formación física general y multilateral.

Entre un 50 y un 65% de nuestros alumnos presentan debilidades corporales, como evidentemente la escuela no es capaz de compensar en la clase de educación física este déficit de fuerza, originado por la carencia crónica de movimiento, los clubes deportivos serán los encargados de esta tarea, los cuales tomarán una gran importancia en el acondicionamiento y desarrollo físico de los niños entre los 6 y 8 años que es cuando la asistencia de niños al club alcanza su punto álgido. Y paralelamente en esos años es cuando los niños tienen que pasar mas tiempo sentados en la clase o en casa haciendo deberes.

Durante los 2 primeros años escolares las debilidades posturales aumentan un 70% y el porcentaje de niños obesos o con sobrepeso pasa de un 3% a un 20%, con lo cual la capacidad de rendimiento se verá afectada por el aumento de la adiposidad , sobre todo en ámbitos de resistencia, fuerza y velocidad. Por ello es totalmente necesario un entrenamiento de la fuerza selectivo y adecuado a la edad, mejorando la postura y con ella la capacidad de rendimiento en todas las manifestaciones.

En la época de los estirones del crecimiento infantil el aparato locomotor es especialmente sensible a los estimulos de entrenamiento. En esta fase el aparato locomotor infantil reacciona de forma particularmente favorable ante los estímulos del entrenamiento de la fuerza. El entrenador deberá aprovechar esta situación para la mejora de los fundamentos generales para el posterior desarrollo.

La fuerza adquirida permite movimientos más dinámicos, fluidos y precisos, con lo cual el entrenamiento de fuerza incidirá en múltiples vías sobre la mejora de la capacidad general de rendimiento deportivo.

Hay que tener presente los desequilibrios musculares, ya que por ejemplo los músculos de la carrera y salto se entrenan con gran intensidad pero se descuidan otros ámbitos como puede ser la musculatura de los hombros o del tronco. Estos desequilibrios afectarán, obstaculizando el posterior desarrollo, favoreciendo las lesiones.

Hay que intentar que el trabajo de fuerza sea lo más general posible intentando trabajar todas las partes del cuerpo de una forma pareja sin descuidar ninguna zona y sin centrarnos unilateralmente, es decir trabajando ambas extremidades por igual.

Para impedir lesiones en el aparato locomotor, especialmente entre los jóvenes deportistas de rendimiento, se ha de evitar sobre todo una especialización precoz, con el consiguiente entrenamiento unilateral de la musculatura, ya que esto puede producir alteraciones que afecten a la armonía del crecimiento y los procesos de maduración.

Riesgos del entrenamiento de fuerza en edades tempranas

Para desarrollar la fuerza hemos de prestar atención a las particularidades del organismo en crecimiento; la estructura  ósea del niño es más elástica por presentar menos acumulaciones de calcio y por eso mismo es menos resistente a la presión y torsión. La osificación no está completada (17-20 años) y la capacidad de carga es reducida.

Dado que el entrenamiento de la fuerza, por la acción de mecanismos reguladores de la fatiga, apenas produce sobreentrenamiento muscular no hay que temer daños en ésta debidos a entrenamiento forzado. Los daños por el deporte en el aparato locomotor son casi exclusivamente de la parte pasiva.

Para evitar daños en el aparato locomotor deben tenerse en cuenta las siguientes indicaciones:

  • Se debe de tener en cuenta siempre la capacidad de carga de los tejidos óseos y cartilaginosos.
  • En la realización evitar cargas inadecuadas para el aparato locomotor (especialmente columna vertebral).
  • Existen ejercicios indicados para niños pero que si se utilizan regularmente como ejercicios de entrenamiento conllevan riesgos.
  • Los ejercicios con compañeros son atractivos pero el peso corporal del compañero no suele ser adecuado en el entrenamiento con adolescentes.
  • El entrenamiento tiene que controlarse con exactitud para minimizar el riesgo de lesión.
  • Si existe la posibilidad de aumentar la carga se debe incrementar primero el nº de repeticiones y solo después la carga.
  • En jóvenes talentos se debe crear en un momento temprano las condiciones de fuerza para proteger el aparato locomotor.
  • La idea de: «al aumentar el trabajo de fuerza aumenta el deterioro de huesos ligamentos y articulaciones» no es real, la función mantiene la forma y no al revés.
  • El principio de la carga progresiva presupone la correspondiente capacidad de asumir carga. Hay que formar al joven para que la carga de entrenamiento se pueda procesar en sentido positivo, evitando las sobrecargas.
  • La masa muscular y la fuerza aumenta con los años tenlo en cuenta para planificar los pesos y cargas.

(Adaptado de: Badtke, 1987; Fredson/Ward/Rippe, 1990)

Bibliografía:

Weineck, J. «Entrenamiento Total»

Imagen 1: http://deimproviso.wordpress.com/

Imagen 2: nutridieta

 

 

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