Los mas importante en la rehabilitación de lesiones es devolver la funcionalidad perdida a raíz de la lesión. De nada sirve en el campo de la salud lograr un buen desarrollo y una buena longitud muscular si el complejo articular se encuentra falto de movimiento.

La hipomovilidad articular es una etapa que atraviesa de la lesión. Esta puede estar dada por retracción de la capsula articular, por falta de lubricación por parte del liquido sinovial, etc.

Una vez que los tejidos dañados se encuentran en buen estado es necesario que la articulación en cuestión alcance los rangos óptimos de movimiento. Para esto Kalterborn desarrollo técnicas especificas con movilizaciones intra-articulares, restableciendo los movimientos traslatorios de cada articulación. Estos son micromovimientos imposibles de realizar voluntariamente por uno mismo. Se logran traccionando la articulación en dirección de decoaptación y luego generando el desplazamiento. Claramente se puede realizar en los dedos de la manos para entenderlo. Se toma la primer falange y se la tracciona en dirección próximo-distal separandola del metacarpiano con el cual articula.

Estos micromovimientos son necesarios para realizar los macromovimientos que son los que son perceptibles a la vista y se realizan voluntariamente. De este modo, reeducando este aspecto de la movilidad articular lograremos como resultado movimientos armónicos y con un gasto energético adecuado.

El abordaje para lograr una optima movilidad traslatoria fue descriptor como ya dijimos anteriormente por Kalterborn y, en primer lugar, determino tres grados de tracción, que es lo primero a realizar previo a los desplazamientos. Los tres grados son : Grado I: (relajar) tracción que neutraliza la presión en la articulación sin llegar a separar las superficies articulares. Su propósito es aliviar el dolor reduciendo las fuerzas de compresión de las superficies articulares. Grado II: (tensar) separa la superficies articulares y elimina el juego en la capsula de un modo eficaz. Grado III: (estirar) implica un verdadero estiramiento de tejido blando que rodea la articulación para aumentar la movilidad de la misma.

En este camino a la movilidad no es suficiente con traccionar la articulación en los diferentes grados mencionados. Es necesario realizar un desplazamiento de una de las partes constituyentes de la articulación. Tenemos entonces una parte fija y una móvil, lo cual tendremos en cuenta a la hora de reeducar el movimiento limitado.

Para realizar los desplazamientos nos regiremos por la regla mencionada por Kalterborn, concavo-convexo. Esta regla analiza la morfología de las superficies articulares involucradas y plantea lo siguiente:  se debe mover el hueso con superficie articular convexa en sentido contrario al sentido del movimiento mas limitado. En cambio, cuando la superficie es cóncava se realiza el deslizamiento hacia el mismo lado del movimiento limitado. Por ejemplo, en una articulación grande como lo es la rodilla, podemos tener limitada la flexión producto de la inmovilidad luego de una intervención quirúrgica. En este caso ubicaremos a la tibia como articulación móvil con respecto al fémur. Así, analizaremos que la tibia tiene su superficie articular de forma cóncava y por esto tiene que ser desplazada hacia posterior que es el movimiento que se encuentra limitado (flexión).

No se puede realizar un tratamiento en base a esta técnica exclusivamente. Es necesario combinarla con otras herramientas que se verán, sin dudas, potenciadas por el abordaje de los micromovimientos articulares.

Bibliografia:

KALTERBORN, F.M- Fisioterapia Manual. 2da edición. Editorial McGraw Hill-Interamericana 2004.

Tecnica de rehabilitacion en medicina deportiva. William E. Prentice. Ed Paidotribo. Barcelona, España, 2001

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