Estos días he estado leyendo un libro muy interesante titulado “Por qué corremos, Las causas científicas del furor de las maratones”. Los autores Martín de Ambrosio y Alfredo Ves Losada contestan a esta gran pregunta que llevamos toda una vida interpretando todas sus respuestas, algunos estaréis pensando yo ya se por qué corro, y claro que lo sabéis, pero hay que mirar más allá y analizar algunos aspectos no solo del running como ocio.

Durante la lectura nos damos cuenta de que esa pregunta (Por qué corremos) es más complicada de responder de lo que parece, y las respuestas son múltiples, siendo imposible llegar a una respuesta única.

Al leer otros libros como “Nacidos para correr” o historias de los tarahumaras nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Correr está en nuestros genes?…entonces, ¿estamos hechos para correr? Nuestros antepasados utilizaron la técnica de caza por persistencia antes de poder tener armas para cazar, u observándonos estructuralmente nos damos cuenta de que nuestro glúteo es un músculo casi inútil en el caminar pero muy importante en carrera, o que contamos con otras estructuras tendinosas y ligamentosas diseñadas especialmente para esta práctica, como el talón de Aquiles o el movimiento de extensión de los dedos del pie.  Estos aspectos nos confirman que puede estar en nuestra genética.

Cogiendo esta afirmación podemos observar que los keniatas y etíopes tienen una estructura muscular y ligamentosa mucho más desarrollada que nosotros en el tema del running, el cual viene por la genética, además de utilizar su estructura para dicha práctica desde que son muy pequeños, si estuvieran sentados en una oficina no creo que tuvieran tantas aptitudes.

Correr es entonces una vuelta a las raíces: está en nuestra naturaleza y estamos recuperando la práctica;   (Ves Losada)

Cuando le hacen la mítica pregunta a cualquier corredor popular ¿Por qué corres? (“sacrificio para nada…”) a nadie se le ocurre responder, porque está en nuestros genes, sería muy gracioso la verdad….pero habitualmente la respuesta va por el camino de la satisfacción personal. Los autores nos muestran estudios en donde se observa que el deporte aumenta los niveles de endorfinas (hormonas que genera nuestro cuerpo y nos proporcionan un estado placentero) aumentando nuestra sensación de placer y bienestar, es lo que se denomina “la droga del corredor”, la cual se compara con los opiáceos, es decir inhibe la fatiga y nos hace segregar dopamina, la cual hace que un ejercicio aun siendo intenso se convierta en placentero.

Después de leer este último párrafo os debéis plantear la siguiente pregunta ¿Correr genera adicción?, ¿Por qué después de un periodo de descanso, en el cual no salimos a correr parece que estamos más ansiosos?.

En los últimos años la fiebre del running podemos considerarla como una epidemia que no cuenta con freno. Es habitual ver a toda una familia disfrutando de un fin de semana de running a fin de satisfacer sus necesidades al mismo tiempo que se socializan con compañeros amigos o gente desconocida, esta puede ser otra razón del por qué corremos. Socializar es una de las razones principales que la gente tiene para apuntarse a un gimnasio o una actividad y el atletismo popular tiene la virtud de unir a un gran número de personas diferentes pero con una misma pasión en un momento puntual. Aunque paralelamente nos encontramos con lo contrario, muchos de los corredores de ciudad, suelen utilizar el running como medio de evasión, la soledad puede ser otra razón que nos invite a correr.

¿Corres para estar solo o para socializarte con los demás?

Un tema de actualidad puede ser otra de las razones por las cuales tenemos que salir a correr, muchos utilizan esta práctica para evadirse de la rutina diaria y al mismo tiempo para evitar los kilos de más, la pregunta que os planteo es: ¿Es una respuesta al sedentarismo de la vida moderna? Puede que una de las razones modernas sea para evitar el sobrepeso y la obesidad que invade a la población.

Durante toda la lectura nos amenizan los estudios científicos con azañas de deportistas como Emil Zatopek, Abebe Bikila y Haile Gebselassie o analizando las nuevas tendencias del running como el barefoot running o las ya famosas pruebas de ultradistancia que cada vez tienen más adeptos (¿estan locos?). Además encontramos temas tan interesantes como la psicología del corredor del maratón y la importancia que tiene el entrenamiento mental para las pruebas de larga distancia, en donde hacen especial hincapié en el mítico “muro” del maratón, la temida línea de los 30 km, aunque para otros se encuentra en los 35 o incluso más. Como la visualización de la prueba puede ayudarnos a solventar las adversidades durante una competición de tanta duración, siempre con ejemplos de corredores experimentados, y sus propias experiencias, algo que agradeceréis si estáis pensando en retar a vuestro cuerpo con un maratón.

Espero que este resumen os invite a conseguir el libro, que por ahora no se vende en España, pero espero que pronto podamos conseguirlo en nuestras librerías.

¿Eres corredor?, ¿eres de los que se calzan las zapatillas para salir a “matar el cuerpo” para tener tu dosis de felicidad y satisfacción?. ¡¡Desde Buenaforma, solo decir que os entendemos!!

¿Cual es tu razón para correr?

Gracias a los autores por facilitarnos un ejemplar

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