No hace mucho nuestro fisioterapeuta Álvaro Travé nos comentaba como superar una tendinopatía rotuliana, así que me uno a su artículo y lo complemento hablando un poco más sobre la tendinopatia patelar y sobre todo de los beneficios del trabajo excéntrico.

La tendinopatía patelar crónica afecta principalmente a deportistas con sobrecarga del mecanismo extensor de la rodilla, como pueden ser jugadores de baloncesto, voleibol, futbolistas, grupos en donde se ha reportado una incidencia de entre un 40 y 50%, por eso el nombre de “rodilla del saltador”. Hoy en día, también es muy común verlo en ese grupo en crecimiento llamados corredores populares.

Existe un debate típico de si esta patología se da por un proceso inflamatorio o un proceso degenerativo, en donde diferentes investigadores han mostrado la ausencia de mediadores inflamatorios en la fase crónica de esta dolencia (Abate M, et al. 2009; Alfredson H. et al. 2005) y paralelamente otros autores señalan el sobreuso del tendón como la causa inicial o desencadenante (Khan KM, et al. 1998; Hamilton B. et al. 2004). Sinceramente, la tendinopatía patelar podemos entenderla como el “iceberg” planteado por Abate M, et al 2009, en donde la base del iceberg, representa lo que sucede en condiciones fisiológicas durante la práctica de ejercicios en condiciones normales, sin embargo si los descansos entre series, el flujo sanguíneo u otros factores son inadecuados el esfuerzo repetitivo dará lugar a microdaños en el tendón, lo que sería la primera fase de la tendinopatía. En una segunda fase se producirá una cascada patogénica, liberando mediadores químicos, factores de crecimiento vascular y radicales libres de oxígeno, resultando en una degradación del tendón y e una inflamación neurogénica. Finalmente la punta del iceberg corresponderá con el dolor que es la fase final del proceso degenerativo crónico de los tendones.

En este tipo de lesión debemos diferenciar entre tendinopatía aguda o crónica. En la fase aguda del tratamiento debemos dirigirnos hacia la corrección de errores de entrenamiento, problemas de flexibilidad y alteraciones biomecánicas, junto a un trabajo paralelo con el fisioterapeuta y el reposo relativo del paciente. En cambio cuando esta es considerada crónica debemos prescribir un programa de rehabilitación que incluya las diferentes modalidades de ejercicios de fortalecimiento, flexibilidad y propiocepción.

El recurrir a la cirugía no tiene por qué ir parejo de buenos resultados, más bien el éxito de esta intervención es bastante limitada (Coleman BD, et al. 2000; Bahr R, et al. 2006). Así mismo el uso de inyecciones de corticoides ha demostrado efectos positivos a corto plazo, pero negativos a largo plazo. (Kongsgaard M, et al 2009)

Volviendo a los programas de rehabilitación, los ejercicios de fortalecimiento excéntrico han sido muy recomendados para diversas tendinopatías. Ya desde los años 80 son considerados la piedra angular en la mayoría de los programas de rehabilitación de tendinopatías.

La fisiología del trabajo excéntrico aplicado al tratamiento de las tendinopatías se centra en la mejora de la resitencia del tejido no contráctil, y la preparación de este para soportar las solicitaciones anteriores a partir de una hipertrofia y un incremento de su capacidad para almacenar energía, junto a la activación de los mecanorreceptores que, a su vez, estimula la producción de colágeno y revierte con ello el ciclo de la tendinosis. Los tendones resultan así fortalecidos gracias a una mayor actividad fibroblástica y la aceleración de la reacción colágena correspondiente (engrosamiento de las fibras y fibrillas de colágeno y aumento de los enlaces cruzados). De este modo las fibras tendinosas quedan alineadas de forma óptima para responder a las elevadas demandas mecánicas del músculo.

El trabajo excéntrico tiene grandes beneficios a nivel neuromuscular, pero además cuenta con otros beneficios como:

  • Aumento de la elasticidad de los tejidos contráctil y no contráctil.
  • Aumento de la fuerza y resistencia del complejo musculo-tendón.
  • Reeducación de la sensibilidad propioceptiva.

Autores como Frohm et al (2007) han propuesto que la carga mecánica es esencial para la salud y el rendimiento de los tendones, y esta carga excéntrica parece ser un factor importante en la adaptación estructural de los músculos y tendones no solo para el tratamiento, sino también para la prevención de lesiones.

El ejercicio podemos considerarlo como un refuerzo y no un causante del daño del tendón. El entrenamiento excéntrico estimula la producción de fibras de colágeno consiguiendo que el tendón sea más grande, fuerte y resistente.

Frohm et al. (2007) sugieren que la eficacia de la rehabilitación del ejercicio en sentadillas puede estar relacionado con la carga aplicada en el cuádriceps, que unido a una superficie declinada 25o reduciría la tensión de la musculatura de la pantorrilla, permitiendo un mejor aislamiento del mecanismo extensor de rodilla, lo que según Purdam et al (2004) llevaría a una disminución potencial en la carga excéntrica a través del tendón patelar.

Cómo podéis observar en la imagen anterior, no hace falta tener una estructura diseñada al milímetro para hacer sentadillas excéntricas en planos declinados, y podemos optar por utilizar un step en una espaldera, un banco de abdominales declinado, o simplemente con una tabla en un bordillo.

En la actualidad el programa de tratamiento excéntrico más comúnmente utilizado es el propuesto por Alfredson, donde se realizan 3 series de 15 repeticiones, dos veces al día durante 12 semanas, en donde el mismo autor mostró una importante disminución de la sintomatología en pacientes con tendinosis aquileana. Este ha sido probado en algunos estudios para la rodilla del saltador, realizando el drop squat en plano declinado, en donde se ha concluido que disminuye el dolor y mejora la funcionalidad, aunque estos resultados deben interpretarse con precaución ya que estudios como el de Frohm et al. y  Vistnes et al. nombrados anteriormente no los avalan.

En la siguiente imagen os mostramos una propuesta de entrenamiento excéntrico, que se asemeja a las que Alfredson nos muestra en su estudio, pero adaptada especialmente en cuanto a carga progresiva y repeticiones totales:

Lógicamente si tenemos en cuenta que el tendón se lesiona cuando se excede la solicitación tensil, un tratamiento que aumente la tolerancia a esta fuerza tensil hace que el tendón se lesione menos. Si analizamos biomecanicamente la semisentadilla ejecutada sobre un plano declinado 25o se observa como disminuye la influencia del tríceps sural, retardando la flexión de la rodilla, por eso mismo creo que el uso de los planos declinados permiten obtener ganancias mayores a corto, medio y largo plazo, si lo comparamos con el entrenamiento en plano horizontal.

BIBLIOGRAFÍA

[spoiler]Jurado, A.; Medina, I. (2008) Tendón. Valoración y tratamiento en fisioterapia. Editorial Paidotribo. Primera edición.

Araya F, et al. (2012) Declined eccentric exercise in chronic patellar tendinopathy, Systematic Review. Rev Andaluza de Medicina del Deporte. Vol 05 Num 02, Junio 2012

Kongsgaard M, et al. (2009) Corticosteroid injections, eccentric decline squat training and heavy slow resistance training in patellar tendinopathy. Scand J Med Sci Sports.

Young MA, et al. (2005) Eccentric decline squat protocol offers superior results at 12 months compared with traditional eccentric protocol for patellar tendinopathy in volleyball players. Br J Sports Med. 2005;39:102-5.

Purdam CR, et al. (2004) A pilot study of the eccentric decline squat in the management of painful chronic patellar tendinopathy. Br J Sports Med.

Visnes H, et al. (2005) No effect of eccentric training on jumper»s knee in volleyball players during the competitive season a randomized clinical trial. Clin J Sport Med.

 Imagen 2 | runnersconnect [/spoiler]

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