Debido a la actual ley antitabaco que entró en vigor el 2 de enero de este año en España, muchos fumadores están empezando a darse cuenta de que su adicción al tabaco es tan grande que son capaces de salir a la calle a fumar aunque llueva a cántaros o la temperatura no suba de -3ºC.
Por eso, muchas de estas personas quieren dejar la adicción para empezar a llevar una vida de costumbres más saludables. Como todas las sustancias adictivas, el tabaco es una sustancia muy difícil de abandonar, sin embargo, substituir el tabaco por el ejercicio físico es una manera de superar la adicción mientras se mejoran las capacidades físicas y se consigue estar en forma, lo cual le viene muy bien a un corazón y a unos pulmones intoxicados.
En este artículo mostraremos cuál es la mejor forma de iniciarse en el ejercicio físico para dejar de fumar.
Hay multitud de estudios que demuestran que una persona deja de fumar más fácilmente si realiza ejercicio, que si permanece con un estilo de vida sedentario.
También es innegable el beneficio que produce el ejercicio físico en la recuperación de la capacidad aeróbica y la mejora cardiovascular, mermadas en los fumadores.
Cuando un fumador acompaña su voluntad de dejar de fumar con la práctica del deporte estará asociando los beneficios del deporte con los beneficios de dejar de fumar. Evidentemente, al principio es muy complicado dejarlo, pero si se substituye el tabaco por el ejercicio contrarrestaremos los efectos del síndrome de abstinencia con las mejoras que nos produce el deporte:
- Mejora en la resistencia física, ya que aumenta nuestra capacidad para realizar esfuerzos diarios.
- El ejercicio físico moderado reduce el estrés lo que contrarrestaría el estrés asociado a dejar de fumar.
- Se produce un sentimiento de bienestar que permite continuar con la desintoxicación, ya que se tiene la sensación de estar mejorando la salud desde varios aspectos de la vida.
- El ejercicio físico aeróbico ayuda a perder peso, lo que contrarresta el aumento de peso que se produce al comer más por la ansiedad de dejar el tabaco.
- Aumenta la autoestima al ver que estás logrando dos cosas muy importantes para tu salud.
- Se mejoran los patrones de sueño, ya que la fatiga asociada al ejercicio nos ayuda a descansar mientras dormimos.
Para realizar ejercicio es conveniente separar a los fumadores en dos grupos, los que practican deporte ocasional y están en una forma física aceptable y los sedentarios.
Los que tienen una forma deportiva aceptable tendrán ventaja y les será más fácil abandonar el hábito de fumar, por lo que nos centraremos en los fumadores sedentarios.
Las personas fumadoras y sedentarias están dentro de un grupo de riesgo importante de accidente cardiovascular, es decir, una persona sedentaria y fumadora, por el mero hecho de serlo ya cumple los requisitos necesarios para sufrir un infarto o cualquier otro problema cardiovascular, por lo que no debe empezar a hacer ejercicio sin antes consultar con un médico.
El médico valorará el estado físico de la persona y le recomendará una determinada intensidad de ejercicio.
Trataremos al fumador sedentario de la misma forma que a una persona con una enfermedad pulmonar, por lo que nos vale cualquier ejercicio aeróbico en el que estén implicados los principales grupos musculares.
La frecuencia de ejercicio rondará entre los 3 y los 5 días semanales y se realizará durante 30 minutos diarios a una muy baja intensidad (alrededor del 50% del VO2Máx), con ejercicios como bicicleta, footing, o actividades acuáticas como remo y piragüismo.
Conforme pasan las semanas y la capacidad aeróbica mejora, se podrá aumentar progresivamente la intensidad del ejercicio pero siempre bajo la atenta mirada de un profesional de la educación física y la salud.
Cambiar nuestra rutina diaria puede ser positivo para romper con el hábito. No es necesario cambiar por completo el día a día, pero si se pueden introducir rutinas como caminar hasta el trabajo o realizar ejercicio antes de ir a trabajar, por la mañana.
La rutina es la clave para continuar con el ejercicio físico. Ir cualquier día sin tener la semana planificada con anterioridad, provocará que se vaya abandonando el ejercicio por no tener una buena organización, así que marcarse unos días y unas horas concretas todas las semanas nos ayudará a no dejarlo. Además si realizamos ejercicio acompañados nos resultará mucho más ameno y tendremos más ganas.
Una persona sedentaria y fumadora se cansa muy rápido, por lo que realizar ejercicio al final del día nos cansará mucho y las sensaciones no serán tan positivas que si se realiza ejercicio temprano.
Resumiendo, si quieres dejar de fumar, consulta con tu médico y haz ejercicio, la mejora en la salud será enorme y la calidad de vida aumentará muchísimo.
Está muy bien el artículo. Creo que esto también puede interesar:
Beneficios físicos que notarás al dejar de fumar
# Beneficio de dejar de fumar a los 20 minutos:
La presión arterial, el pulso y la temperatura de pies y manos se normalizan. Esto te aporta sensación de relajación y tranquilidad.
# Beneficio de dejar de fumar a las 8 horas:
Los niveles de monóxido de carbono y oxígeno se normalizan. Esto permite que los pulmones se oxigenen mejor y la respiración sea más fácil.
# Beneficio de dejar de fumar a las 24 horas:
Disminuye la posibilidad de un ataque cardíaco.
# Beneficio de dejar de fumar a los 2 días:
Bajan los niveles de nicotina en la sangre casi a cero, lo que relaja las terminales nerviosas. Además se normalizan los sentidos del gusto y del olfato. Ésa es una de las razones por las que algunas personas ganan peso al dejar de fumar: de repente todo sabe a gloria.
# Beneficio de dejar de fumar a los 3 días:
Los bronquios se relajan y mejora la capacidad pulmonar. Esto hace que empieces a respirar como un no fumador. Además no tendrás ni una gota de nicotina en tu sangre: la dependencia física termina aquí. Desaparece el mal aliento y vuelves a besar como un verdadero amante.
Después de 2 semanas hay grandes mejorías
La circulación sanguínea mejora en aproximadamente entre 2 y 4 semanas, lo que te permite caminar con mayor energía.
La piel comienza a hidratarse y las arrugas prematuras, causadas por el tabaco, desaparecen. Ya no tienes que tapar el mal olor de tabaco en tu ropa, tu casa o tu coche.
Ahora tu perfume ya no está mezclado con el mal humo de tabaco. Poco a poco desaparece el color amarillento de tus manos y uñas. !Qué gusto!
A partir de unos meses se regeneran los cilios de los pulmones, lo que te permite evitar las infecciones porque vuelven a trabajar como auténticos filtros para evitar que entren partículas extrañas a tus pulmones. Disminuye la tos, la congestión nasal, la fatiga, la falta de aire y aumenta la energía en general.
Beneficios a partir de un año
Al año de dejar los cigarillos disminuye a la mitad el riesgo de morir por enfermedad cardiaca.
Beneficios a partir de cinco años
El riesgo de morir por enfermedades cardíacas se iguala a la de los no fumadores; en el caso de las patologías pulmonares esta posibilidad disminuye a la mitad.
Beneficios a partir de diez años
Se reemplazan las células cancerígenas, disminuye la incidencia de algunos cánceres y el riesgo de morir por uno de sus tipos es similar al de los no fumadores.
Muy interesante tu comentario, Bollaka.