Desde buena forma, queremos escribir una pequeña guía para dar a conocer los métodos que debemos utilizar cuando nos disponemos a comprar nuestras botas de esquí. Como se suele decir la elección de la bota del esquiador debe ser muy minuciosa y actualmente puede ser muy «pesada» ya que tenemos multitud de opciones cada una con aspectos técnicos diferentes que puede llegar a producir dolor de cabeza.

La elección de unas botas inadecuadas además de resultar incómodas, nos impedirán adoptar la postura correcta sobre los esquís, con lo cual nos producirá una mayor fatiga, consiguiendo que cometamos más errores lo cual repercutirá en el riesgo de accidentes.

Hay que tener en cuenta que dicha decisión afectará a nuestra práctica, tanto si es una decisión acertada como si no lo es, ya que tendremos aspectos muy positivos al adquirir una bota adaptada lo máximo posible a nuestro pie, o en cambio una incomodidad que puede incluso hacernos dejar dicha práctica.

Nuestro pié es el que debe sentirse lo más cómodo posible para la práctica del esquí. Para ello debemos tener en cuenta la morfología de este. Los diferentes tipos de pié se pueden clasificar en:

  1. Según su forma.
  2. Según la forma de su arco plantar.

Según la forma del pié, nos podemos encontrar con pies cuadrados (polinesio) en donde todos los dedos están prácticamente a la misma altura, en el cual debemos tener en cuenta que la carga se distribuirá en el dedo gordo. El pie griego, denominado así por las estatuas, en donde el segundo dedo es más largo que los demás, que será donde se distribuya nuestra carga. O por último el pié egipcio, en donde se observa que el dedo gordo es el más largo y los otros lo siguen de manera descendiente, hay que hacer hincapié en la comodidad del dedo gordo que es donde se distribuye una mayor carga.

Así mismo hay que tener presente la forma del arco plantar, en donde podemos observar 3 tipos de arcos; plano, donde el arco plantar es nulo o casi nulo, hace necesario el uso de plantillas, para distribuir de forma más homogénea la presión. Cavo; pueden presentar más problemas patológicos «dedos en garra», hay que intentar que la elección de botas para este tipo de pies sea mas asistida y se cuente con especialistas y teniendo en cuenta la comodidad de la persona. Y por último el arco normal, el cual  tiene un arco plantar con una graduación dentro de los márgenes correctos y no tiene por qué suponer un problema morfológico a este nivel para la elección de calzado.

La bota de esquí tiene dos partes; bota y cubierta exterior. Un truco para saber si es nuestra talla, será sacar la bota de la cubierta y realizar el «test de los dos dedos» , el cual consistirá en meter el pié en la cubierta externa y cerciorarse de que existen dos dedos entre tu talón y la parte de atrás de la cubierta de la bota.

Para elegir nuestra talla, la mejor referencia que podemos tener es nuestra talla del calzado habitual, pero al hablar de botas debemos utilizar la talla en centímetros, ya que será mucho más sencillo encontrar nuestra talla. No todas las marcas como pasa en el calzado tienen las mismas tallas y en botas pasa mucho con la horma de la bota, ya que el ancho de esta debe ser un aspecto que debemos tener muy en cuenta, para conseguir una optima comodidad, lo cual se recomienda probar muchas botas hasta conseguir la que más se adapte a nuestro pie. Una vez con las botas puestas debemos comprobar que nos agarran bien el pie y que nuestros talones no se mueven verticalmente al realizar flexiones similares a las que realizamos cuando esquiamos.

Otro aspecto importante en esta elección será las prestaciones de la bota para su ajuste. hoy en día dichas prestaciones son muchas, las cuales conseguirán personalizar cada bota a las características de nuestro pie, o a las características de nuestro esquiador. Para ello voy a citar un artículo escrito por Ernesto Romero Centeno en donde explica perfectamente los elementos de regulación con los que debe contar una buena bota de esquí. Los cuales podemos simplificar en:

  • Ganchos microrregulables: Para ajustar la bota y la presión hacia el pie.
  • Power strap: El cual es una tira de velcro, la cual presiona la bota por la parte superior de la caña.
  • Canting: Esta regulación permite que la bota respete una pisada plana sobre su plantilla.
  • Forward lean: Aquí podremos regular la inclinación longitudinal de la bota para un esquí más agresivo, más turístico o incluso fuera de pista.
  • Spolier trasero: Regulador que ejercerá una mayor presión en la parte de los gemelos dependiendo de la altura donde se coloque.
  • Easy walk: Para facilitar la entrada del pié en la bota.  (podéis encontrar todas las imágenes en este artículo)

Por último comentar otro aspecto importante para la compra de nuestras botas, este es el índice de flexión, la cual este indica la dureza de la bota en flexión, es decir, cuanto más alto es el índice de flexión, las carcasas se deforman menos y aprovechan más la impresión de fuerzas para transmitirlas de forma directa sobre el patín del esquí, lo que conlleva un mayor control sobre nuestros trazados pero como consecuencia nos encontramos con mayores presiones, peor riego sanguíneo, pies más fríos y menor sensación de confort. Este nunca debe ser menor a nuestro peso corporal, y a partir de nuestro peso, debemos elegir el más adecuado según nuestro nivel y estilo que practiquemos, teniendo en cuenta que el esquí en pista exigirá un índice más elevado que en otras prácticas como el freeride o freestyle ya que en estas tenemos que tener una mejor capacidad de absorción de los saltos. Además hay que tener en cuenta el nivel del esquiador, ya que un esquiador nobel debe tener un indice de flexión similar a su peso, un intermedio 20 puntos por encima de su nivel y un avanzado puede tener hasta 40 puntos por encima de su peso.

Espero que esta recopilación de información sea de vuestro agrado y recomiendo el artículo nombrado en donde se explica técnicamente estos aspectos.

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