Quién no ha utilizado alguna vez la palabra “reuma” o ha oído decir a alguien “padezco de reuma”, pero sin saber muy bien a qué nos referimos exactamente… Este no es un término médico como tal, no hay ninguna enfermedad que se denomine así. En términos populares la gente se suele referir al reuma con algo asociado a algún dolor articular, relacionado sobre todo con la edad o incluso con los cambios de tiempo. Sin embargo, la especialidad médica de reumatología abarca un campo muy amplio de enfermedades que van desde la artrosis, la fibromialgia, las artritis, pasando por las vasculitis y llegando hasta el famoso lupus.
En este artículo voy a centrarme sobre todo en la parte de la reumatología concerniente a las articulaciones e intentaré resumir las patologías más importantes.
En este campo muchas de las enfermedades que se tratan tienen un origen autoinmune, otra palabra que seguramente hemos oído muchas veces, pero tampoco tenemos muy claro qué es exactamente. Simplificando mucho, «una enfermedad autoinmune es aquella en la que nuestro sistema inmunitario reconoce erróneamente algún elemento de nuestro cuerpo como ajeno, y por tanto lo ataca para eliminarlo».
Si por ejemplo nos ataca al riñón, pues nos produce una nefropatía, si nos ataca al sistema digestivo pues nos puede producir una Enfermedad de Crohn, si nos ataca a algún elemento de la articulación pues nos producirá una artropatía, etc.
Un poco de anatomía articular
La gran mayoría de las articulaciones de nuestro cuerpo son las denominadas diartrodiales o sinoviales. Tienen una gran movilidad y estas son los principales componentes comunes:
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- Cartílago articular, que recubre las superficies óseas, se encarga de amortiguar la sobrecarga y permitir el deslizamiento entre los huesos sin que se produzca fricción.
- Cápsula articular y ligamentos, rodean la articulación por la parte externa para aumentar la estabilidad.
- Membrana sinovial: es un tejido conjuntivo que reviste la cara interna de la capsula articular excepto el cartílago. Interviene de forma activa en el transporte de sustancias desde el plasma sanguíneo a la cavidad articular, contribuyendo a la nutrición de la articulación.
- Líquido sinovial: es un ultraflitrado del plasma al que se le añade ácido hialurónico sintetizado en la membrana sinovial. Es viscoso, transparente, amarillo pálido y no coagula.
- Fibrocartílagos interarticulares o meniscos: se encuentran en algunas articulaciones, y están firmemente fijados a la cápsula articular. Sus funciones fundamentales son dar estabilidad, soportar la carga y amortiguar los aumentos de presión.
Cuando las articulaciones se ven afectadas
Artritis reumatoide: se trata de una enfermedad crónica, sistémica e inflamatoria, de origen incierto, aunque se postula como teoría más aceptada la existencia de un agente infeccioso como desencadenante de la respuesta autoinmune en individuos genéticamente predispuestos. Suele afectar a varias articulaciones de forma simétrica, siendo más frecuente en manos, muñecas, rodillas y pies. Como dato distintivo, es extraordinariamente raro que afecte a las articulaciones interfalángicas distales.
Habitualmente se desarrolla en la 4ª-5ª década de la vida y suele comenzar con dolor e inflamación, y rigidez matutina prolongada. Si la enfermedad progresa aparecen deformidades articulares que son muy habituales, se pueden desarrollar subluxaciones y luxaciones, destrucción ósea, incluso ruptura de tendones y ligamentos.
También puede cursar con manifestaciones fuera de la articulación, como pueden ser los nódulos reumatoides (que aparecen en cualquier órgano), pleuritis, vasculitis, etc.
Como es habitual en este tipo de enfermedades, no hay ningún dato que nos dé con absoluta certeza el diagnóstico, por eso muchas veces se tarda en averiguar de qué se trata, sobre todo si no se producen los síntomas típicos. Sin embargo hay signos y pruebas de laboratorio que nos orientan hacia dónde debemos investigar.
En la artritis reumatoide un dato importante a tener en cuenta es la presencia de Factor Reumatoide (un anticuerpo que ataca a una porción de la Inmunoglobulina G) y que nos debe hacer sospechar, pero nunca se puede asegurar sólo con ese dato.
Espondilitis anquilosante: es una enfermedad, al igual que la anterior, inflamatoria, crónica y sistémica, pero tiene como dato distintivo que afecta al esqueleto axial (es decir, al eje central del cuerpo) en especial a las articulaciones sacroilíacas, que unen el sacro con el hueso de la cadera (son esos “hoyuelos” que se ven en la parte baja de la espalda).
El síntoma más frecuente y común es el dolor dorsolumbar inflamatorio, de comienzo progresivo, por debajo de los 40 años, que empeora con el reposo y se acompaña de rigidez tras la inactividad. La sacroileítis se ha de tener en cuenta si sale en la radiografía, aunque aún no produzca dolor al paciente.
La manifestación extraarticular más frecuente es la uveítis anterior, y con la evolución de la enfermedad pueden aparecer deformaciones, incluso se pueden llegar a fusionar algunas vértebras.
Artritis por microcristales: la más conocida es la gota. El origen de esta enfermedad es el depósito de cristales de urato monosódico en las articulaciones. Estos se van acumulando, llegando a producir los ataques agudos de gota, en los que se produce gran inflamación y dolor de la articulación afectada, siendo las más características las metatarsofalángicas del pie. Los ataques pueden convertirse en recurrentes una vez se sufre el primero. Cuando se cronifica aparecen unos acúmulos que se denominan tofos gotosos.
Artropatía psoriásica: afecta al 5-10% de los pacientes con psoriasis en la piel, y aunque lo normal es que aparezca la afectación articular más tarde, puede ser al revés. Puede producir muchos cuadros clínicos diferentes, pero parece que la forma más frecuente es la afectación de unas pocas articulaciones, de forma asimétrica tanto en miembros superiores como inferiores, con afectación frecuente de las interfalángicas distales (al contrario que la artritis reumatoide).
Artrosis: es la enfermedad articular con mayor prevalencia en la población adulta, que se produce por desgaste y/o sobrecarga de la articulación. Es típico el dolor de características mecánicas (que empeora con el uso), limitación en la movilidad y pérdida de función. Pueden aparecer cambios en la radiología, donde se ven disminución o pinzamiento del espacio articular, osteofitos, esclerosis subcondral, llegando a veces a la deformidad de la articulación.
La base para el tratamiento de la mayoría de estas entidades se basa en analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), corticoides, y dependiendo de cuál se trate y la gravedad, algunos más específicos, como el metotrexate para la artritis reumatoide o la colchicina para la gota.
Además, es recomendable que los pacientes que sufran de enfermedades reumáticas realicen una serie de ejercicios, siempre pautados por un fisioterapeuta o kinesiólogo y adaptados a su caso particular, que ayudarán a la mejora de los síntomas, aumento de fuerza y flexibilidad, etc. Estas pautas de deben ser continuadas en el tiempo y el paciente debe saber que los ejercicios pautados por los profesionales son una guía para que cada uno realice en casa aun cuando finalicen las sesiones de rehabilitación, en caso de necesitarlas.
Bueno, espero haber aclarado un poco de qué trata el tema, aunque insisto en que esto sólo es un pequeñísimo resumen del trabajo de los reumatólogos.
Bibliografía
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-Reumatología – Protocolos Diagnósticos – Terapéuticos. Asociación Española Pediatría
-Reumatología para médicos de atención primaria. Daniel Pacheco Rodríguez, representante Sociedad Chilena de Reumatología. Tangram Ediciones
-Reumatología. Manual CTO de medicina y cirugía. McGrawHill
Y no comentas nada de los anti-TNF que son el nuevo milagro para estas enfermedades de origen autoinmune????
Saludos Alberto, antes de nada decir que tienes razón, que los anti-TNF son unos fármacos que se está viendo que son eficaces en muchas de estas enfermedades, no obstante no suelen ser usados como fármacos de primera línea, sino que se suelen reservar para cuando fracasan otros tratamientos o cuando la enfermedad está ya avanzada, por sus posibles complicaciones o efectos secundarios.
También me gustaría recalcar que el hecho de que no los haya mencionado no es porque no sean importantes, sino que, como puedes ver sólo doy una pequeña pincelada al tema, menciono el metotrexate y la colchicina como podía haber mencionado los anti-TNF, las sales de oro o la ciclofosfamida… era simplemente para ilustrar con un ejemplo de tratamiento y no alargarme demasiado.
De todas formas, si estás interesado en el tema, no tengo inconveniente en profundizar más sobre el tratamiento, sólo comentamelo e intentaré contestarte lo mejor que pueda.
Un saludo y gracias por leernos
por favor mayor información sobre el tema yo tengo 36 años y me duele la rodilla derecha aunque estoy en cama siento la molestia estoy tomando colágeno con cartílago de tiburón y no me hace nada creo.