El estilo de vida saludable promovido por Sánchez (1996), es aquel que provoca en el individuo, una sensación de bienestar, capacidad de disfrute de la vida y tolerancia a los diferentes retos. Sin embargo para esto es necesario adoptar una serie de comportamientos que favorezcan la salud. De este modo es un hecho confirmado, que una de las conductas saludables mas nombradas en los últimos años es la práctica de actividad física y deportiva. La que además de influir directamente sobre el estado de salud, también afecta de manera positiva a conductas relacionadas con los hábitos alimenticios y el consumo de drogas licitas, tabaco y alcohol.
Por el contrario, un estilo de vida de riesgo es aquel que combina conductas activas o pasivas, que suponen una amenaza para el bienestar físico y psíquico; y que acarrean consecuencias negativas para la salud o comprometen aspectos del desarrollo del individuo (Rodrigo López et al.; 2004)
No obstante, a parte de la práctica de actividad física o la alimentación correcta, se han establecido otros comportamientos que favorecen un estado de vida saludable, como la supresión del consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales.
Con relación al consumo de alcohol entre adolescentes, se de un hecho socialmente aceptado dentro de las creencias de nuestra cultura. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (2005) asegura que el consumo de alcohol es considerado el tercero factor de riesgo para la salud, en los países industrializados y el principal en los países en desarrollo. Se estima que los consumidores ascienden a 2000 millones de personas en el mundo; como fenómeno contribuye a más de 60 enfermedades, trastornos y lesiones del organismo (cáncer de esófago, cirrosis, crisis epilépticas, homicidios, accidentes de tránsito, entre otros) y está entre los cinco factores de riesgo en la causa de accidentes. Además en todos los estudios realizados hasta ahora en España, se observo que es la droga legal más consumida, así como marihuana la ilegal. De hecho en varios estudios se establece una relación directa entre el consumo de alcohol, tabaco y marihuana. Siendo el consumo de alcohol dos veces mayor entre fumadores que no-fumadores y el consumo de marihuana mas popular entre consumidores de alcohol que los que no consumen.
Cabe destacar, que el nivel de consumo de alcohol varía a lo largo de la semana. Es durante el fin de semana, cuando los niveles ascienden hasta tasas peligrosas, sobre todo entre gente joven y universitarios. En cualquier caso, lo que más sorprende a la hora de analizar los diferentes hábitos de consumo, es que son las personas relacionadas con el ámbito de la salud, quien tienen una proporción de consumo mas elevada. Por lo que si distribuimos a la población universitaria en ámbitos relacionados con la salud/educación o no; son los primeros, quien sorprendentemente tienen mayor nivel de ingesta de alcohol.
En este punto cabe destacar el concepto “Binge Drinking” o lo que es lo mismo, el consumo de gran cantidad de alcohol en un corto periodo de tiempo. Por lo que es durante el fin de semana, donde se dan mayores situaciones en las que gente joven se expone a estos niveles de consumo de riesgo. Aunque, este concepto se ve asociado mas a hombres que a mujeres, por encima de un tercio de los estudiantes universitarios, a nivel internacional y sin diferencia de genero, consumen alcohol de forma peligrosa para la salud. Sin embargo este tipo de comportamiento no se produce por desconocimiento de las consecuencias, si no que está vinculado a un tipo de actividad social y de relacionamiento.
Además el consumo de alcohol también se relaciona con otro tipo de motivos, como el estar fuera de control de los padres, el compartir piso con otros universitarios, un confortable poder adquisitivo o la falta responsabilidades individuales. Así mismo se relaciona con estados psicológicos como depresión o estrés, que sobre todo en universitarios esta estrechamente relacionado con los objetivos establecidos. No obstante ciertos estudios han establecidos que el consumo de alcohol se reduce a medida que el estudiante avanza de curso, y que son las etapas previas a la universidad o los estudiantes de primer año quienes reflejan mayores niveles de uso del alcohol. Pero de esto hablaremos mas adelante.
A pesar del gran problema de salud publica que esto genera, las estrategias preventivas creadas por las autoridades nacionales son débiles y a corto plazo, y no llegan de forma efectiva a todos los estratos sociales. Con relación a la Universidad, se presenta una actitud de aceptación y no de prevención, es decir se entienden este tipo de comportamientos como algo “normal” de esa etapa. Sin embargo, es esencial que se establezcan programas preventivos y de actuación directa, a largo plazo, con el objetivo de atajar este comportamiento tan prejudicial para la salud. Ya que es en esta etapa evolutiva, es decir la primera edad adulta, donde se afianzan los comportamientos asimilados en la adolescencia y que permanecerán a lo largo de nuestra vida.
Bibliografía:
Imagen 1 | elpais.com Imagen 2 | 20minutos.es
Buen artículo, pero creo que no se ha dicho nada nuevo que no se sepa. Un saludo.
Gracias por tu apreciacion, estos articulos iniciales son mas como introduccion a la salud publica. Se volvera a escribir sobre ello de manera mas profunda.