Después de un primer artículo donde hacemos una introducción al comportamiento sexual de riesgo entre estudiantes, en esta segunda parte hablaremos sobre los comportamientos de riesgo entre deportistas y no deportistas.

Estudios recientes que involucran a deportistas jóvenes indican que el deporte actúa como factor protector contra comportamientos de riesgo, tal como consumo de alcohol o sexo inseguro.  Sin embargo, otros estudios relacionados con deportistas adultos, se apunta a que la práctica deportiva conlleva a un mayor nivel de conductas de riesgo.  Por ejemplo, estudiantes que a la vez son deportistas consumen más cantidad de alcohol por semana y con más frecuencia que los que no lo son. En esta misma línea, deportistas adolescentes de alto nivel son más propensos al “Binge drink” (gran consumo de alcohol de una sola vez),  a fumar tabaco  y a al uso de múltiples drogas más frecuentemente que sus iguales no relacionados con el mundo deportivo. Resumiendo, los atletas son una población de alto riesgo debido al consumo de alcohol y otras conductas peligrosas.

Investigaciones que atañen a la actividad sexual entre deportistas y no deportistas son, a veces, contradictorias.  Es decir, las hay que dicen que los deportistas declararan menos actividad sexual que los no deportistas, pero en estas la media de edad era de 15 años, y en otras que su actividad sexual era más frecuente y con mayor numero de parejas. Sin embargo, en este caso la media de edad era de 19 años. Por lo que parece haber un cambio entre la adolescencia y la edad adulta, a medida que el rol en la actividad deportiva se vuelve más competitiva e importante.

El ser deportista y estudiante a la vez,  puede favorecer un ambiente en el que primen los comportamientos de riesgo,  incluyendo la actividad sexual y el alcohol, pero sobre todo si eres hombre y estas en un equipo. De esta manera, en otros estudios se demostró que los deportistas pueden sufrir un tratamiento especial o privilegiado por su estatus,  sobre todo deportistas de alto nivel. Lo que les hace pensar que es un trato merecido y que debe ser general.  Hay casos en los que incluso deportistas han declarado haber recibido mínimos castigos por consumo de drogas, actividad sexual forzada o conducir bajos los efectos del alcohol. Sin embargo, este tratamiento “especial” que a veces reciben,  puede llevarlos a la idea de que sus comportamientos no tendrán efectos negativos.

El riesgo percibido, o lo que es lo mismo “el grado de riesgo que un individuo asocia a una substancia o comportamiento” es un factor importante en la predicción o prevención del consumo de substancias o actitudes de riesgo. Por lo que la percepción de riesgo bajo está correlacionada con sexo inseguro, incremento de enfermedades de transmisión sexual infecciosas, consumo de tabaco o múltiples drogas. El riesgo percibido es un indicador fiable del consumo de marihuana, alcohol y cocaína en estudiantes universitarios.

En varios estudios deportistas jóvenes han declarado un menor comportamiento de riesgo que sus pares no vinculados a la actividad deportiva. Por el contrario los deportistas adultos tienden a tomar parte en este tipo de conductas con mayor periodicidad. Es decir, deportistas adultos beben más cantidad, con mayor frecuencia y tienen  mayor actividad sexual y con más parejas, que sus pares no deportistas. Hay indicativos de que este cambio puede ocurrir justo en la última etapa del instituto y antes de entrar en la universidad. Esto ha sido apoyado por un estudio longitudinal norte americano, en el que se observa a una muestra de 2138 estudiantes durante este periodo y los primeros años universitarios. En el que fue establecido que el riesgo percibido medió entre diferentes asociaciones expuestas a continuación:

  1. Práctica deportiva en el instituto y consumo de alcohol,
  2. Práctica deportiva y número de parejas sexuales y
  3. Práctica deportiva con relaciones sexuales de riesgo para mujeres y hombres.

Estos datos apoyan la teoría de que los deportistas tienden a una actitud favorable en relación al consumo de drogas lícitas e ilícitas antes de la etapa universitaria. Aunque es imposible determinar cuando este grupo social comienza a beber más que sus amigos que no hacen deporte, este mismo estudio habla de un periodo entre los 16.5 años y los 18.4 años de edad, lo que sugiere un óptimo período para una pronta intervención y programas educativos.

Es una idea popular que los hombres tienen una menor percepción del riesgo que las mujeres, lo que puede estar explicado mediante diferentes factores sociales. Es decir, las mujeres han sido siempre controladas desde más cerca que los hombres, y tienen una mayor percepción de la repercusión social de sus actos.

El hecho de que el riesgo percibido actúe entre el estatus de deportista y el consumo de alcohol y la práctica sexual, también puede ser explicado por estos mismos factores. Ya que la mayor actividad sexual y el sexo inseguro para las mujeres puede acarrear un embarazo y el posible rechazo de sus compañeros. En cambio para un hombre puede tener alguna consecuencia negativa, pero generalmente son alabados por ello. Por lo tanto, el hecho de que el riesgo percibido medie entre la práctica deportiva y el sexo inseguro, implica que otros factores influencian a los diversos atletas para adoptar este tipo de conductas. Implicando mayores oportunidades de  actividades sexuales de riesgo.

Dando por hecho estas afirmaciones, campañas de prevención primarias deberían ser dirigidas a los deportistas en su primer año de la etapa adulta. Además de acciones educativas para deportistas en el primer año universitario. Las que ayudarlos a entender las consecuencias negativas de este tipo de comportamientos de riesgo. Por otro lado, programas de intervención son necesarios para tratar las normas sociales establecidas, o la incongruencia del uso de drogas (alcohol, tabaco o drogas ilícitas) y el rendimiento deportivo. Al mismo tiempo, deberíamos revisar que tipo de actitudes favorecen a los deportistas con un tratamiento especial y  que podrían inculcar un sentimiento de invencibilidad y a consecuencia un incremento en los comportamientos de riesgo.

Para terminar se adjuntan algunos links que son ejemplos claros:

Escándalo: jugadores del Once Caldas fueron denunciados por violación

Deportistas borrachos

Maradona y las drogas

Doping

BIBLIOGRAFÍA:

Imagen 1 | bossip.com  Imagen 2 | reporte.com.mx

Wetherill, R. R., & Fromme, K. (2007). Alcohol use, sexual activity, and perceived risk in high school athletes and non-athletes. The Journal of Adolescent Health : Official Publication of the Society for Adolescent Medicine,41(3), 294-301.

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