A muchos de vosotros os sonara el concepto “Paleodieta”, esta la voy a definir no como una dieta, sino como un estilo de vida, especialmente orientada hacia la gente deportista, pero si profundizamos un poco en ella nos daremos cuenta que sus consejos pueden ser beneficiosos para cualquier persona.

“Paleovida, La alimentación con la que conseguirás mejorar tu vida” escrito por Carlos Pérez, Diplomado en fisioterapia, Master en psiconeuroinmunología clínica, del que también fue coordinador, es un libro que todo amante de la nutrición debe leer, ya que nos muestra no solo como realizar correctamente la paleodieta, sino que justifica cada uno de los puntos de la misma.

Este no es un libro para adelgazar, así que si estáis buscando un libro que os ayude a perder 3 kilos para “lucir tipín en el verano”, y si los pierdo en 2 días mejor que mejor, no os lo aconsejo. Lo que si, es un decálogo sobre cuales son los hábitos adecuados para lograr tener una vida correcta, con una perfecta salud, sin kilos de más y evitando lo más posible todas las enfermedades modernas relacionadas en muchos casos con una inadecuada nutrición. Durante este libro, observaréis que esta es una “dieta” para toda la vida, no solamente para unos meses para bajar de peso, en donde podemos resumirla con una única frase “Si no comes bien ni te mueves es imposible ser feliz”

Os sonará la siguiente frase: “Somos lo que comemos”, ni más ni menos, cuanta razón tiene.

Durante la lectura del libro me he encontrado con algo sorprendente, definido como “circuito de recompensa”, en donde encontramos 4 recompensas naturales (comer, beber, movimiento y contacto físico). Muchos pensaréis bien, cuando me meto ese donuts estoy dándome una recompensa, la respuesta claramente es si, pero es una recompensa no natural o artificial, igual que cuando nos metemos el sábado a la noche un cubata entre pecho y espalda. Para que quede claro: Tenemos que ser capaces de regresar a nuestras recompensas naturales, beber agua, debe ser un aliciente para nosotros, (lo mismo que para una persona desde de varias horas en el desierto), os habéis preguntado ¿Cuánta líquido bebo a lo largo del día? Y de ese ¿Cuánto ha sido agua?

Este libro se basa en como eran nuestros antepasados, que comían, que actividad hacían y como hemos ido evolucionando. Resumidamente podemos decir que nuestros antepasados comían lo que podían, en especial frutos y vegetales y si había suerte pues algún roedor, con el paso de los años estos fueron capaces a fabricar herramientas  de piedra, lo cual mejoró la caza y se comenzó a consumir carne de mucha más calidad, esta evolución es el resultado de la alimentación, y cada vez que esta se modificaba nuestra fisiología variaba, cobrando cada vez más importancia nuestro cerebro, esto nos dio una gran ventaja evolutiva. Lo siguiente fue plantar y recolectar nuestros productos, seguido de la ganadería. La agricultura comienza hace 10.000 años, pero con el fin de alimentar a los animales, los cereales harinas y lácteos no se empezaron a consumir hasta hace 3000, 4000 años y por ello se explica que por eso existen tantos intolerantes a la lactosa, al gluten, ya que no estamos hechos para consumir estos productos, que con la revolución industrial se disparo, consumiendo bollería, azucares, aceites vegetales o las temibles grasas trans.

La “paleovida” no se trata de volver a cazar con utensilios de piedra, pero si de mejorar la calidad de los nutrientes que consumimos, evitando los lácteos, harinas y cereales, lo cual no quiere decir que los elimines totalmente, ya que eso sería casi imposible.

Un 70% de nuestra dieta occidental se basa en carbohidratos, donde ha quedado la dieta mediterránea, después de las grandes empresas que nos meten por todos los sentidos sus productos refinados, o sus carnes de animales alimentados única y exclusivamente de estos productos, y encerrados en espacios reducidos, sin que puedan moverse, lo cual implica un mayor porcentaje de grasa.

Habéis visto la diferencia cuando compráis un buen jamón si lo comparáis con el típico cutre, en el cerdo que está encerrado la grasa se reparte en las esquinas, en cambio en el que ha sido criado con bellotas , que seguramente es mucho más activo, las tiras de grasa se encuentran por el medio.

El azúcar se considera “el veneno del siglo XXI”, azúcares en el café, repostería, pastelería, bebidas alcohólicas, todo esto nos hace adictos al azúcar, y siempre tienes sitio para él.

Otro tema del que habla además de las vitaminas, son los minerales, el cual es un tema peliagudo, ya que el tema del calcio y la leche da para mucho. Aquí Carlos Pérez nos dice que nuestro sistema óseo no depende exclusivamente de beber o no beber leche, pero nos quieren hacer creer que esta es esencial por intereses económicos. El calcio de las verduras de hoja verde es una fuente natural de este mineral y nos beneficiamos más de este que de la leche, ya que esta tiene una proteína llamada caseína  la cual puede generar intolerancia, contiene la grasa del tipo ácido linólico (omega 6), la cual no interesa, y carbohidratos, como la lactosa, que para digerirla necesitaremos la lactasa en el intestino, y esta se va perdiendo con los años (ya que al principio la necesitamos para digerir la leche materna), lo cual se traduce en una dificultad para digerir la leche con el paso de los años.

Algunos consejos para comenzar con la paleovida

  • Consigue modificar el circuito de recompensas, logrando evitar las recompensas artificiales
  • Mejora tu sed de agua, evita los demás líquidos. El deporte puede ayudarte a recuperar la sed de agua, evitando otras bebidas.
  • Comienza poco a poco, restringiendo estos alimentos, no los saques todos de golpe ya que no serás capaz.
  • Come más pescado, fruta y verdura.
  • Comienza a realizar ejercicio en ayunas, preferiblemente antes de las 8:30 para evitar el catabolismo muscular, lo que produce una pérdida de masa muscular. No tengas miedo, nuestra fisiología nos invita a realizar este ejercicio en ayunas. (Si los entrenamientos son superiores a una hora y media, debemos estar acostumbrados, comienza poco a poco para adaptarte).
  • Comer no más de 3 veces al día, muchos pensaréis ahora se recomienda comer 5 veces, para aumentar el metabolismo, si, pero cuantas menos veces comes menos envejeces. Si comemos cada 2-3 horas el aparato digestivo está todo el día haciendo digestiones, lo que implica que el cuerpo debe priorizar su energía en la digestión , lo cual imposibilita la activación de los procesos de antienvejecimiento .
  • Comida de calidad, 60% proteína-grasa y 40% de carbohidratos de calidad y baja carga glucémica. “Come lo que se mueva”, intenta que tu alimentación de proteínas y grasa sea de animales que tengan una vida activa y no los típicos cebados a comer y sin libertad.
  • Evita los carbohidratos refinados (pan, pasta, arroz, azucares) lo cual no nos sacian y pocas horas después tienes necesidad de comer más.
  • Si tienes antojo, la fruta es tu mejor aliada.
  • Y por último el más difícil de los consejos: Mantén este estilo de vida para siempre, en poco tiempo comenzarás a ver los cambios, mejores digestiones, menos acidez o gases, entre otros beneficios.

Aplicando la paleodieta a nuestra vida

Esta no es una dieta estricta, nada está prohibido de vez en cuando, solo que tienes que ser DE VEZ EN CUANDO y no todos los días. En ocasiones tendrás que comer lo que te pongan, fiestas, cenas, etc. En la medida de lo posible intentaremos no sucumbir a la incorrecta alimentación. A muchos os costará realizar solo 3 comidas al día, en especial el fin de semana en donde el picoteo y el salir a tomar algo nos pueden hacer perder la cabeza con cualquier dieta estricta.

La lista de la compra hay que pensarla bien, y nos dan unos consejos para cumplir nuestra paleodieta:

  • Evitar las piscifactorías, ya que los pescados que se crían en piscifactoría están alimentados con pienso de soja y de maíz, vete al mercado a comprar.
  • Come carne de animales que se han movido, y se han alimentado de hierba y no de pienso.
  • Las frutas y vegetales que sean de un cultivo de mayor calidad, preferiblemente ecológicas, sin que usen pesticidas, fertilizantes o conservantes.

Como veis eso de comprar en grandes superficies pues hay q evitarlo o restringirlo, intentando adquirir nuestros productos en mercados, plazas, herbolarios, supermercados biológicos, o si tienes la oportunidad comienza a plantar tus propios productos biológicos.

En definitiva es un libro que está repleto de consejos, algunos los he nombrado aquí, pero merece la pena leerlo unas cuantas veces para asimilar toda la información. Come y muévete como comían nuestros antepasados para evitar las enfermedades del siglo XXI.

Agradecimientos a Carlos Pérez por facilitarnos este ejemplar

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