Obesidad, esa palabra tan escuchada en nuestra sociedad actual, la cual podemos observar solamente con salir a la calle, pero en lugar de mejorar las estadísticas, lo que observamos es que la tendencia hace que cada vez nuestros más pequeños sufran las consecuencias de una mala alimentación y de un estilo de vida inactivo.

En el 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría este tema ha tenido un papel muy importante consiguiendo reunir a diferentes especialistas en nutrición y salud. El simposio “Obesidad y equilibrio energético” realizado en dicho congreso ha abordado temas tan relevantes como la prevención activa de la obesidad en la infancia ya que los expertos están de acuerdo en que la prevalencia de la obesidad en nuestro país durante los últimos años ha aumentado hasta cifras escalofriantes

La obesidad afecta a casi uno de cada tres niños y adolescentes

El desequilibrio energético es un término que los estudiosos del tema suelen definir como la piedra angular de la obesidad, lo cual podemos definirlo como una mayor ingesta que gasto calórico, así mismo la calidad de los productos y la inclusión de productos refinados y grasas trans en productos como la bollería, tan consumida por nuestros pequeños, han hecho que sean un grupo de riesgo.

El profesor Titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Prof. Dr. Luis Moreno comenta que “El aumento de las cifras de obesidad infantil en nuestro país es paralelo al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes, en detrimento de un estilo de vida activo”. El estilo de vida de nuestros menores ha cambiado drásticamente, pasando de tener un ocio activo fuera de casa, relacionándose con otros niños de sus edades o realizando actividades deportivas no solo en clubes deportivos sino en el propio espacio natural ha pasado a un ocio pasivo en donde las consolas, internet, y la televisión han ocupado la mayor parte de su tiempo ocioso.

El propio Dr. Moreno, ha destacado que la obesidad es un problema multifactorial, un equilibrio energético con una ingesta limitada y una actividad física suficiente beneficiará a toda la sociedad para prevenir todas las enfermedades relacionadas con la obesidad.

Se ha observado que un exceso de tiempo viendo la televisión contribuye al desarrollo de la obesidad en los niños y adolescentes, pero por otro lado, una vida activa en donde se realice una actividad física de intensidad elevada se asocia a un menor contenido de grasa total y abdominal en los niños. Con esto quiero decir que no solo la educación física que se imparte en los colegios es la engarcada de difundir hábitos deportivos y un estilo de vida activo sino que el papel de los padres en casa es fundamental. Se han obtenido resultados del estila de vida de los niños muy significativos observando la vida que tienen sus progenitores, cuanto más ejercicio practican sus padres, los niños estarán en un ambiente que incidirá en el mismo para que se interese por la práctica deportiva, evitando actividades sedentarias. La prof. Dra. Marcela González-Gross, Profesora Titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y Directora del grupo de investigación ImFINE de la Universidad Politécnica de Madrid ha destacado que el entorno familiar como el educativo, que tienen un papel fundamental para facilitar el acceso de los niños al ocio activo, así como la adquisición de hábitos saludables.

En la Universidad Politécnica de Madrid se ha realizado una herramienta sobre los hábitos de vida saludables que deben llevar los niños y adolescentes, creando una pirámide de estilo de vida saludable que va desde la infancia hasta la adolescencia inculcando en cada etapa una serie de hábitos como el gusto por el ejercicio físico o una alimentación equilibrada. Podéis ver el documento aquí.

En el mismo simposio, se ha hablado de las dietas, y como estas pueden ser más o menos equilibradas, pero han resaltado que no existen alimentos buenos o malos. Según la Prof. Dra. Isabel Polanco, Catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid “Para que una dieta sea equilibrada ha de ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona”, con lo cual todas las dietas generalistas que observamos año tras año serán como ya todos conocéis dietas milagro y no serán adecuadas para ninguna persona.

Hoy en día nuestro organismo ha pasado de tener una ingesta limitada  y ejercicio suficiente a tornar los papeles y tener una ingesta excesiva y un ejercicio casi inexistente, incluso en nuestros menores.

Para esta especialista la clave está en una correcta estrategia de prevención de la obesidad infantil, que debe estar presente no solo en la educación formal o escuela, sino que la familia debe prestar atención a la alimentación y actividad de los niños. Algunas intervenciones que se pueden realizar pueden ser:

  • Fomentar la actividad física desde casa, realizando ejercicio en familia o incluyendo a nuestro hijo en diferentes actividades de ocio. Un ejemplo será el realizar rutas de senderismo o paseos en bici los fines de semana, así como incluir actividades en donde el mismo niño se relacione con compañeros de clase o vecinos.
  • La dosificación de nuevas tecnologías es un aspecto que debe destacar en el ambiente familiar, no hace mucho todos los niños tenían una consola en casa y se entretenían con ella todo el tiempo que pudieran, o abusaban de la televisión, este crecimiento tecnológico nos ha llevado a la situación actual, en donde los menores ya cuentan con su propio teléfono móvil, y ya cuentan con videoconsolas portables haciendo que el ocio fuera de casa sea igual de sedentario que cuando están en casa.
  • Potenciar la Educación Física en los centros escolares: Este tema actualmente está siendo cada vez menos abordado, cada ley de educación que sale menos importancia se le da a la educación física en el ámbito educativo, reduciendo horas lectivas. Los hábitos saludables están cada vez menos desarrollados en los temarios de educación física y eso se está observando en la sociedad actual, ya que el civismo y las normas son objetivos de todo juego y actividad deportiva.
  • Dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica deportiva: Se ha observado un crecimiento de infraestructuras, pero en la actualidad los niños están más inseguros, todo esto hace que para poder acceder a estas infraestructuras deban ir siempre acompañados de un adulto que los vigile, lo cual en muchas ocasiones no se puede, por tener que realizar otras labores.

En definitiva, podemos realizar numerosas aportaciones para que nuestros niños y adolescentes cambien su hábito de vida, tanto desde el ámbito familiar, el cual para mi tiene una gran importancia como del ámbito educativo o administrativo.

Para finalizar me gustaría tocar un tema que no debemos olvidar, este es el componente genético que tiene la obesidad. Actualmente se conocen unos 130 genes relacionados con la obesidad y este número cada vez aumenta más. Para el Dr. Angel Gil, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada el factor genético tiene una gran importancia. Las alteraciones genéticas relacionadas con la resistencia a la insulina y la inflamación del tejido adiposo contribuyen a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad.

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