Las estatinas son unos fármacos usados con el fin de disminuir el colesterol en personas que padecen hipercolesterolemia después de que el cambio de hábitos como la dieta o el ejercicio físico no consiga reducir estos niveles. Las estatinas interfieren con la producción de colesterol en el hígado, consiguiendo disminuir los niveles de colesterol malo y aumentando los niveles de colesterol bueno, ahora bien; ¿son estos medicamentos aptos para toda la población? No todo es tan simple como tomar una pastilla.
Todos tenemos claro que el ejercicio físico tiene una gran importancia para controlar los niveles elevados de colesterol, la mejor recomendación que un médico puede hacer es “apaga la tele, levántate del sofá y muévete”, intentando conseguir 150 minutos de actividad a la semana.
En un estudio llevado a cabo entre 1986 y 2012, por Kokkinos, se analizaron los registros médicos de más de 10.000 veteranos con niveles de colesterol altos tratados en diferentes hospitales de EE.UU. Durante estos años los investigadores evaluaron el nivel de forma física de los participantes y observaron que tras 10 años de seguimiento las personas en mejor condición física redujeron su riesgo de muerte alrededor del 60%, sin importar si estaban tomando o no estatinas, y este descenso no se pudo explicar por la edad, peso, grupo étnico, historial de enfermedades, factores de riesgo cardiovascular o por los medicamentos, simplemente estos tenían una mejor forma física que el resto de personas.
Los expertos al observar estos resultados advierten que el ejercicio no puede ser un sustituto de estos medicamentos. Aun así, no todos somos iguales, y desde la medicina deben percatarse que algunas persona que han realizado ejercicio físico con regularidad y se mantienen físicamente activos puede que el tratamiento con estatinas no les suponga una ayuda, sino más bien un riesgo de padecer otros problemas, como pueden ser las lesiones articulares o musculares. Además de ayudarnos a descender los niveles de colesterol las estatinas contribuyen a la debilidad muscular, calambres musculares y a los problemas en los tendones. En un estudio llevado a cabo con 14.000 soldados activos y veteranos de EE.UU, confirmó que las personas que tomaban estatinas experimentaban un aumento del 19% el riesgo de sufrir problemas musculoesqueléticos en comparación con los que no tomaban estatinas. (Ishak Mansi, M.D. et al. 2013). Concretamente los que tomaban estatinas eran un 13% más propensos a sufrir dislocaciones o esguinces, y un 0,7% más propensos a desarrollar osteoartritis, algo considerado significativo para los investigadores.
Con estos párrafos no intento decir que se deba dejar de tomar estatinas, pero si quiero que se individualice el tratamiento de hipercolesterolemia, cada individuo es un caso concreto y su actividad física debe ser evaluada así como su alimentación antes de recomendar el uso de estos fármacos. Debemos evitar todo lo que sea generalizar un tratamiento, especialmente cuando esta receta se usa indiscriminadamente especialmente en personas mayores de 50 años.
Hace unos días leí una nota de prensa y me hizo investigar sobre el estudio que nombraban de Mikus CR, et al. (2013) “Simvastatin impairs exercise training adaptations” en él se investiga si las estatinas pueden bloquear los beneficios del ejercicio físico. Los medicamentos más recetados en todo el mundo (estatinas para reducir el colesterol) pueden bloquear algunos de los beneficios del ejercicio físico, el cual es una de las mejores maneras de mejorar la salud.
En este estudio se reunió a un grupo de hombres y mujeres sedentarios con sobrepeso , con varios síntomas de problemas metabólicos, así como unos niveles de colesterol ligeramente elevados, y que no habían realizado ejercicio físico de forma regular durante el último año. Continuando con su dieta normal estos comenzaron a hacer un programa de ejercicio supervisado durante 12 semanas, realizando 5 sesiones semanales de 45 minutos caminando o trotando a un ritmo del 65-70% de su máxima capacidad aeróbica (calculada previamente). La mitad del grupo comenzó a tomar 40mg de simvastatina, el cual es un tipo de estatina.
Como ya hemos dicho antes, tanto las estatinas como el ejercicio físico se usan como tratamiento para luchar contra las enfermedades del corazón, y se sabe que las estatinas reducen el riesgo de un ataque al corazón en personas con alto riesgo un 10-20% por cada reducción de 1 mmol por litro en los niveles de colesterol en sangre (equivalente a 40 puntos los niveles de colesterol LDL), en cambio el ejercicio físico, esa receta no tan apreciada en el mundo de la medicina, y que se receta sin concretar la dosis ideal para cada paciente (simplemente: “haz ejercicio”) también tiene unos muy grandes beneficios para la salud, especialmente al mejorar la capacidad aeróbica, en donde se ha demostrado que reduce la probabilidad de morir prematuramente en un 50% nada más y nada menos.
Después de este inciso, si unimos estatinas + ejercicio entonces deberíamos conseguir un beneficio para la salud enorme, especialmente para personas con riesgo cardiovascular, pero sin embargo, en este estudio acaban de tirarnos el castillo de arena, ya que la diferencia entre los 2 grupos es muy significativa. Los usuarios que no tomaron estatinas y realizaron ejercicio físico mejoraron su condición física aeróbica en un 10% después de 3 meses, en cambio los que realizaron el mismo ejercicio pero tomaron estatinas paralelamente mejoraron apenas un 1%, e incluso algunos terminaron con peor condición física que al comienzo, algo increíble.
Eso es explicado al analizar las biopsias musculares, en donde encontraron diferencias notables en los niveles de una enzima relacionada con la salud de las mitocondrias (generadores de energía de la célula) que se suelen potenciar al hacer ejercicio físico. En el grupo que tomaron estatinas los niveles de esta enzima relacionada con la salud de la mitocondria disminuyeron un 4,5% en cambio, en los que no tomaron estatinas los niveles de esta enzima aumentaron un 13%. Con esto se concluye que las estatinas pueden afectar negativamente la respuesta al ejercicio.
Para concluir solamente decir que las estatinas son un medicamento muy útil y que ha salvado muchas vidas, pero debemos sopesar los riesgos-beneficios que tienen y en que pacientes estaría recomendado su tratamiento farmacológico. La actividad física salva vidas, y no le damos el valor que merece, ¿Cuándo comenzaremos a ver prescripciones de ejercicio físico por profesionales en los centros de salud? o seguiremos diciendo «haz natación» aunque no sepas nadar, o vete a caminar, sin ni siquiera recomendarle un medio para medir la intensidad del ejercicio o las pautas básicas que tiene que realizar durante un entrenamiento…¿Es mejor utilizar fármacos? Espero sus respuestas.
BIBLIOGRAFIA
Ishak Mansi, M.D., Et al. 2013, “Statins and Musculoskeletal Conditions, Arthropathies, and Injuries” JAMA Internal Medicine
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