¿Cuántas horas, días y años pasan nuestros niños en los colegios? Esta es una pregunta que muchos nos planteamos a la hora de pensar si la educación formal está bien planteada o existen contenidos a los que no se presta la atención necesaria para el desarrollo del niño e incluso que pueda afectar a la salud de estos cuando sean adultos. Existen contenidos y procesos de aprendizaje que los niños no aprenden en el colegio, y si deben aprender en casa o relacionándose con sus compañeros en actividades lúdicas, o al aire libre, pero no por ello son menos importantes que todas las materias que estos tienen durante todo el curso lectivo y que cada día le hacen dejarse un pedazo de la columna vertebral trasladando sus grandes libros al colegio.

Existe un error bastante común en los padres, y es pensar que en el colegio es donde se deben educar los niños. El papel de los padres en la promoción de los comportamientos de los niños es fundamental para que este consiga desarrollarse como persona. Los hábitos saludables como pueden ser el realizar ejercicio físico, o una alimentación saludable, no tienen la relevancia que deberían en la educación formal, y por eso mismo el papel de los padres en estos contenidos debe ser activo.

Por otro lado en mi opinión la asignatura de educación física (que apoyo completamente) debe modificar sus contenidos y objetivos, consiguiendo obtener el puesto primordial que debe tener dentro de la educación. No somos simplemente “los profesores que van en chándal y ponen a correr a los niños”. Mientras no exista una asignatura de hábitos saludables en el colegio el papel del docente de educación física será el de conseguir que sus alumnos consigan aprender porqué deben realizar ejercicio físico, y al mismo tiempo (aunque en la actualidad esto no ocurre) fomentar una alimentación saludable, priorizando un trabajo útil al simple hecho de entregar fotocopias o libros. Para eso los comedores pueden ser los lugares más adecuados no solo para alimentarse correctamente, sino para incluso seguir educando con charlas o juegos que los propios niños puedan identificar grupos de alimentos, etc.

Como planteamiento: Seguro que estáis hartos de escuchar a vuestros padres o incluso a vosotros mismos con vuestros hijos recomendarles no acercarse al fuego de la cocina o a una olla por riesgo a que se quemen; lo único que conseguimos es que no se impliquen en su alimentación. Probar a que os ayuden a hacer la comida, siempre con mucho cuidad y precaución.

Dejar claro que mi visión es que la educación en el colegio, en hábitos alimenticios sea un refuerzo, ya que los padres son los que tienen la capacidad de proporcionar a sus hijos el entorno alimenticio adecuado. Por ejemplo; está fundamentado que en una población joven entre 2-6 años el predictor más fuerte del consumo de frutas y verduras de los niños fue el consumo de los padres. El problema radica en la cadena. Es decir, si mis padres no tuvieron una correcta educación nutricional, la que ellos puedan otorgarme a mi digamos que también será deficiente, lo cual implica que debemos buscar una solución, especialmente viendo la evolución de la obesidad infantil (El 45,2% de los niños y niñas entre 6-9 años tienen sobrepeso u obesidad [Ministerio de Sanidad, Junio 2011]).

Desde el ministerio de sanidad y consumo (2005) se llega a la conclusión de que España ha sufrido una transición nutricional, en donde todos salimos perdiendo,las dietas tradicionales han sido reemplazadas por otras con una mayor densidad energética. Bowman et al. (2004) y Vela et al. (2007), publican que los niños que se alimentan de comida rápida ingieren una mayor cantidad de calorías en un menor volumen de alimentos, con mayor cantidad de grasa y de hidratos de carbono y menor cantidad de fruta, calcio y vegetales.

Por otro lado, Bastos et al. (2005), determinan que el descenso del nivel de actividad física en todo el mundo aumenta el predominio de la mortalidad precoz, demostrando que el sedentarismo como estilo de vida, puede ser nocivo para el individuo y potencialmente dañino para la sociedad. Los médicos (en general) consideran la falta de actividad física como el factor desencadenante más importante para la aparición de la obesidad, así que no podemos obviarla, pero alguien dijo: «somos lo que comemos» y tiene mucha razón, y la tendencia se ha visto reflejada.

Por eso mismo, algunas actuaciones que debemos llevar a cabo dentro del hogar familiar en el campo de la nutrición y alimentación serán:

  • Evitar en los niños la glotonería o apetito desordenado debido a una sobrealimentación
  • Erradicar errores dietéticos entre los progenitores ya que favorecen el aumento de peso de los pequeños, como la verdadera obsesión de muchos padres y madres para que el niño coma mucho, así como festejar los acontecimientos de la vida del niño con «comida basura», permitir el consumo casi diario de chucherías, bollería y bebidas azucaradas, o incluir demasiados platos precocinados por la falta de tiempo.
  • Hay que tener en cuenta que no existe una dieta ideal que pueda prescribirse para todos porque que cada persona tiene sus necesidades.
  • Apostar por una alimentación equilibrada como un componente esencial de la calidad de vida del sujeto

PROPONEMOS OTRA ACTUACIÓN

Esta medida no debe sustituir la importancia del entorno familiar, pero si puede ser una oportunidad de incidir en esos aspectos claves para nuestra vida cotidiana, y que seguramente nuestros hijos valoren cuando sean adultos. Establecer unos contenidos adecuados a los diferentes campamentos de verano en España, si analizamos algunas noticias de la prensa, en EE.UU ya se han tomado medidas, aunque en mi opinión deben llegar más allá, aportar más recursos a la prevención y no al simple tratamiento. Cada vez están teniendo más relevancia los campamentos para adelgazar ¿Eso eso positivo?, por una parte si, porque son necesarios, pero a lo que debemos dirigirnos es hacia un campamento educativo, en donde los nutricionistas y las charlas y juegos relacionados con hábitos de vida saludables así como el ejercicio físico diario, en donde los profesionales del sector deportivo tendrán bastante que decir, estarán diariamente en su planificación. Todo este planteamiento se debe realizar como prevención, es decir antes de que los niños ya padezcan una enfermedad como es la obesidad.  ¿Podemos hacer que nuestros niños jueguen en un campamento pero al mismo tiempo aprendan sobre nutrición y hábitos deportivos?

Otras ventajas de los campamentos, son la relación con el medio natural, que últimamente se está perdiendo, las grandes ciudades atraen a la población de los pueblos, buscando trabajo y eso implica que se pierda toda relación con el medio natural, por mucho que vayas un par de días a la playa o a la montaña al año. Durante los campamentos además de incitar a una vida activa, esta tendrá un mayor componente psicopedagógico por implicar el medio natural. Así conseguiremos propiciar y optimizar el desarrollo completo e integral de las capacidades de cada niño.

En definitiva, podemos explotar todos los recursos que disponemos para hacer que nuestros hijos tengan unos conocimientos nutricionales adecuados, así como una vida más activa, consiguiendo así revertir la cadena y  que las próximas generaciones tengan unos buenos educadores en su propia casa.

[stextbox id=»alert» bgcolor=»59deec»]Espero que empecemos a valorar los profesionales que tenemos y como los recursos humanos pueden ayudar a cambiar la mentalidad de una sociedad.[/stextbox]

BIBLIOGRAFIA

KCampbell, K. et al. (2008) «The Infant Feeding Activity and Nutrition Trial (INFANT) an early intervention to prevent childhood obesity: Cluster-randomised controlled trial» [enlace]

García Figueróa, T.  (2011)»Importancia de la intervención escuela-familia para eliminar la obesidad infantil y tender hacia patrones de alimentación saludables» Efdeportes

Moral Garcia, JE; Grao Cruces, A. (2011) «Variables determinantes en la aparición de la obesidad. Influencia de una alimentación inadecuada y los hábitos sedentarios» Efdeportes

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