Hoy en día todo el mundo sabe que el entrenamiento de fuerza es algo fundamental ya no sólo a nivel de rendimiento, sino también a nivel de acondicionamiento físico desde el punto de vista saludable,  siendo el primer paso en la prevención de un gran número de patologías. Dentro del ejercicio contra-resistencia, el entrenamiento funcional se plantea como la mejor alternativa para la mejora de la salud y la calidad de vida.

De forma habitual, si nos metemos en internet y buscamos la palabra “Entrenamiento Funcional” o “Functional Training”, encontramos a la venta material de entrenamiento (Medicine ball, Kettlbells, Bandas elásticas, Plataformas inestables…), manuales, videos, etc. bajo el nombre de entrenamiento funcional, que no siempre lo es. Si reflexionamos, podemos concluir que esto puede deberse a dos factores principalmente, o a un conocimiento  limitado de lo que es el entrenamiento funcional o bien a razones meramente comerciales.

Debido a esto, muchas veces se genera confusión en los profesionales del Fitness, preparación física y rehabilitación de lesiones. Se piensa que entrenar con este tipo de material o realizar ejercicios de levantamiento olímpico por ejemplo, es Entrenamiento Funcional.

Dicho esto, vamos a intentar explicar de qué se trata esto del entrenamiento funcional. En primer lugar, se trata de comprender nuestro cuerpo desde el punto de vista de la fisiología neurofuncional o propioceptiva, la biomecánica funcional integrada, las neurociencias, los patrones motores, y las leyes de movimiento humano. Por lo tanto, para saber de esto realmente, hay que ser un verdadero estudioso del movimiento cuerpo humano.

Con este enfoque, dejamos de lado el análisis del funcionamiento del cuerpo de forma segmentada para analizarlo de una manera integrada, como un todo.

En primer lugar, me gustaría plasmar una cita sacada de un curso de “Entrenamiento Funcional” (2012) impartido por Manuel Martin y Jordi Saura, que es la siguiente:  “El entrenamiento funcional debe suponer el respetar o relacionarse con las funciones para los que está diseñado el sistema biológico humano, de manera eficaz y respetando sus funciones psico-biológicas en su entorno “natural” (AVD-AVDL).”  Estas siglas que aparecen al final (AVD-AVDL), se refieren a la “actividad de la vida diaria” y a la “actividad de la vida diaria laboral”.

Cuando se habla de buscar una transferencia del entrenamiento funcional a las actividades de la vida diaria (AVD), no se trata de reproducir los movimientos de nuestra AVD, ya que muchas de estas actividades no son adecuadas para nuestra salud. El entrenamiento funcional no debe justificarse en base a una supuesta “preparación” para actividades cotidianas que, ya de por sí, son poco saludables, pues suponen un elevado estrés para determinadas estructuras anatómicas. (Heredia, R. y Chulvi, 2006).

El entrenamiento funcional, podemos decir que se basa en los Patrones Motores que describe el modelo de Biomecánica Funcional Integrada. Estos son seis:

  • Permanecer de pie
  • Cambio en el nivel de Centro de Gravedad
  • El trasladarse en el espacio (Caminar o Correr)
  • Empujar objetos alejándolos de nuestro cuerpo
  • Tirar, acercar objetos hacia nuestro cuerpo
  • Rotación

Por tanto, para llevar a cabo de forma correcta un programa de acondicionamiento neuromuscular como es debido, debemos: analizar los requerimientos de estos patrones, las necesidades del individuo en relación a ellas y aplicar un entorno de puesta en práctica.

«El Entrenamiento Funcional, se centra en la realización de movimientos multiarticulares y el entrenamiento por cadenas cinéticas, con el objetivo de desarrollar y utilizar los estabilizadores y sistemas de control motor del individuo en un entorno multiplanar (utilizando los patrones adecuados), teniendo en cuenta las leyes físicas que interactúan con nuestro cuerpo (gravedad, inercia, momentum…)».

A la hora de seleccionar los ejercicios que van a componer nuestro programa de entrenamiento, debemos tener muy presentes estos conceptos: seguridad, eficacia y funcionalidad. Antes de realizar cualquier ejercicio, debemos mantener una adecuada “actitud tónico postural equilibrada”, para evitar situaciones potencialmente lesivas. Para ello, atenderemos a los siguientes criterios:

  • Control global del raquis.
  • Control y equilibrio del cinturón pélvico.
  • Control y equilibrio del cinturón escapulo-humeral.
  • Estabilidad y simetría.
  • Amplitud de movimiento (ROM).
  • Ventilación y ejecución de los ejercicios.

Además de esto, decir que dentro del entrenamiento funcional, en relación con el entrenamiento en entorno inestable, este debemos enfocarlo hacia la mejora de la musculatura estabilizadora de la zona media (CORE). [Artículo interesante: ¿Por qué entrenar el core?] Si buscamos un incremento en la fuerza de nuestras extremidades, se debe combinar con situaciones estables, ya que la inestabilidad provoca un descenso del rendimiento de fuerza sobre los músculos movilizados y un incremento de la actividad antagonista.

CONCLUSIONES

[stextbox id=»alert» bgcolor=»b2f9f6″]El Entrenamiento Funcional debe estar basado en la correcta selección de ejercicios en función de los requerimientos de las AVD y la AVDL del individuo.[/stextbox]

[stextbox id=»alert» bgcolor=»1fd0df»]No es necesaria la reproducción de los movimientos que realizamos durante la AVD para que sean considerados funcionales.[/stextbox]

[stextbox id=»alert» bgcolor=»b2f9f6″]Para aumentar la eficacia y eficiencia de los entrenamientos, se deben aplicar obviamente progresiones lógicas y criterios de planificación.[/stextbox]

[stextbox id=»alert» bgcolor=»1fd0df»]Seguir  los criterios para mantener una adecuada “actitud tónico postural equilibrada”[/stextbox]

BIBIOGRAFÍA

[spoiler]D. Iván Chulvi. Convención Internacional  ANEF. Barcelona. (2006). “Entrenamiento funcional: metodología práctica para su aplicación”

Juan Ramón Heredia, Felipe Isidro, Guillermo Peña, Fernando Mata, Susana Mora, Manuel Martín, Victor Segarra y Marzo Edir Da Silva. (2012) “Criterios básicos para el diseño de programas de  acondicionamiento neuromuscular saludable en centros de fitness”. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires – Año 17 – Nº 170

“Entrenamiento Funcional: Mitos y realidades”. (2011). http://www.altorendimiento.com

M. Martín, J. Saura. (2012). Curso Entrenamiento Funcional.

M. Faes. (2011). Instructorado en Entrenamiento Funcional. Amici Formación en Fitness y Salud.

D. Sánchez. Entrenamiento Funcional. http://www.prowellness.es

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