Esta patología es algo muy común entre muchos asiduos al gimnasio y al entrenamiento con pesas. Los principales signos y síntomas son la posición de la cabeza y los hombros adelantados (“redondeados”) junto a una acentuación de la curvatura torácica, además está íntimamente relacionado con el síndrome de escápula alada, caracterizado por una abducción y prominencia de esta.
Partiendo de la estructura de la columna vertebral, esta se caracteriza por poseer una curva sacra (cifosis), una lumbar (lordosis), una torácica (cifosis) y una cervical (lordosis). Esta forma de “S” hace que la columna sea muy fuerte y capaz de soportar grandes cargas. Cuando perturbamos esta estructura original, la columna pierde su integridad y esto puede ser la causa de muchos problemas.
En relación con sus causas, esta puede deberse a una mala “actitud” postural (forma de sentarse, montar en bici…) o a un desequilibrio muscular entre músculos rotadores internos y externos en relación con la cintura escapular y la articulación del húmero, en donde los músculos rotadores internos: pectoral mayor y menor, subescapular, redondo mayor… son más fuertes que los músculos rotadores externos: supraespinoso, infraespinoso, redondo menor, entre otros. Este desequilibrio conlleva una antepulsión de la cintura escapular y una rotación interna del hombro, en definitiva, esa actitud cifótica. Esta postura va a provocar un gran estrés en el hombro (manguito de los rotadores) que puede derivar en otras patologías.
Musculatura implicada
Para entender un poco mejor la actitud cifótica, vamos a ver qué musculatura guarda relación con ella y como actúa en contra nuestra. Estos músculos son:
- Extensores de la cadera: glúteo mayor, isquiotibiales.
- Flexores de la cadera: psoas ilíaco.
- Extensores del tronco: erectores espinales.
- Flexores del tronco: abdominales, los oblicuos externos.
- Rotadores internos: subescapular, pectoral mayor, dorsal ancho, redondo mayor, deltoides anterior.
- Rotadores externos: infraespinoso, redondo menor, deltoides posterior.
- Ascensores Escapulario: fibras superiores del trapecio, elevador de la escápula.
- Retractores escapulares: romboides, fibras medias del trapecio.
- Depresores Escapulario: fibras inferiores del trapecio.
A parte de estos, tenemos también muchos músculos sinergistas y estabilizadores utilizados para producir estos movimientos, pero a la hora de tratar y mejorar esta postura cifótica, estos son los principales protagonistas.
Músculos de la cadera y su relación con la cifosis
Muchas veces, cuando tratamos de corregir esta patología, simplemente nos basamos en fortalecer los rotadores externos y depresores de la escápula y en estirar la musculatura opuesta. Esto no es algo que esté mal, pero para corregir esta actitud, en muchos casos no solo basta con centrarse en la patología directamente, sino que debemos ir más allá y encontrar la verdadera causa del problema (por ejemplo, la anteversión de la pelvis). Esta actuación local puede funcionar en algunos casos, pero al no abordar la verdadera causa, el problema suele aparecer de nuevo una vez que dejamos los ejercicios de rehabilitación.
La anteversión pélvica es muy a menudo la causa de todo esto, haciendo una valoración artromuscular, observaremos la posición de la pelvis y si esta está afectando a nuestra higiene postural. Cuando poseemos una acentuada anteversión pélvica, la parte superior del cuerpo tiene una tendencia a compensar esto. Como hemos dicho antes, la columna vertebral presenta una forma de “S” en la que sus curvas le proporcionan esa estabilidad e integridad. Si modificamos la curvatura lumbar (anteversión pélvica), esto va afectar en este caso a la curvatura torácica con el objetivo de compensar este desequilibrio estructural. Por lo tanto, si recuperamos la curvatura lumbar original, esto va a incidir directamente sobre la curvatura torácica. Si presentamos una hiperlordosis lumbar, por mucho que trabajemos sobre la musculatura superior, si no resolvemos este problema no lograremos resolver esta postura.
En el supuesto que la verdadera causa del problema se encuentra en la cadera, ¿qué podemos hacer?
Pues bien, cuando presentamos una anteversión pélvica, los flexores de cadera (psoas ilíaco) suelen estar acortados y sobreactivados. Esta musculatura suele ser la culpable en este caso. Esto se debe a que el psoas se origina en la columna lumbar, su hipertonicidad y opresión provocan la inclinación anterior de la pelvis, lo que trae como consecuencia una hiperlordosis lumbar. Os recomiendo el siguiente artículo en relación con el psoas y el dolor de espalda.
Esta sobreactivación de los flexores de cadera, provoca a su vez una inhibición de los extensores de cadera, principalmente los glúteos. Cuando se inhiben los glúteos, otros músculos extensores se encargan de realizar su función, añadiendo una carga extra de trabajo y aumentando su rigidez, estos son los erectores espinales o también los isquiotibiales. Dicho esto, el trabajo de los glúteos es fundamental, estamos desaprovechando el músculo más fuerte y potente que tenemos.
Además de esto, el fortalecimiento de la musculatura abdominal es igual de importante, ya que si estos no están en equilibrio con la musculatura lumbar, tenderemos a un incremento de la lordosis lumbar.
Por lo tanto, en relación con esto, lo que debemos tener en cuenta aquí es un adecuado estiramiento de los flexores de cadera, isquiotibiales y musculatura lumbar, mientras aumentamos la activación y fuerza de los glúteos y musculatura abdominal. Esta corrección de la anteversión pélvica va a contribuir indirectamente sobre la actitud cifótica.
Una vez resuelto el problema a nivel de las caderas, ahora ya estamos en condiciones de abordar directamente la musculatura implicada relacionada con la articulación del hombro. Es fundamental que sobre esta patología se actúe desde diferentes enfoques, basándonos en el fortalecimiento, estiramiento y reeducación postural con el objetivo de mejorar nuestra salud y función corporal. En la próxima entrada, veremos que trabajo podemos hacer de manera directa para solucionar la actitud cifótica.
BIBLIOGRAFÍA:
[spoiler]Bracho Amador, C.M. (2010). “La educación física como medio de prevención y mejora de las patologías de la columna vertebral: escoliosis,hiperlordosis lumbar y cifosis dorsal.” Journal of Teaching: Didáctica del Profesor, 7, 32-39.
Wolf R. (2007). “Kyphosis & Shoulder Mobility: Practical Correction”. http://www.catalystathletics.com/
Robertson, M. (2003). Heal that Hunchback! http://www.t-nation.com/
Santonja Medina, F. (2011). “Cifosis en el deporte”. http://www.santonjatrauma.es/
Cevallos Velasco, C.A. (2012). “Lesión del manguito rotador: evaluación funcional y fortalecimiento de los músculos de la cintura escapular en nadadores de la piscina olímpica de guayaquil”. Facultad de ciencias médicas carrera de terapia física. Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
Hola buenas, muy buen articulo pero tengo una consulta. Hablas de rotadores internos e incluyes al pectoral menor.
¿Podrías explicarme a que te refieres, o sea que rota el pectoral menor?
Gracias y un saludoo!
Te pongo un enlace a ver si este vídeo aclara tus dudas:
https://www.youtube.com/watch?v=r4kDfsNzQkM